El sábado, en Etiopía, las fuerzas de la región norteña de Tigray dispararon misiles contra la capital de Eritrea, la ciudad de Asmara, intensificando de manera considerable el conflicto que estalló después de que el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, lanzara una ofensiva militar en Tigray a principios de noviembre. Mientras tanto, Naciones Unidas hace advertencias sobre una creciente crisis humanitaria, ya que al menos 25.000 personas han huido de la región de Tigray en dirección al vecino Sudán. Estas fueron las palabras expresadas por un refugiado etíope que habla desde el pueblo fronterizo sudanés de Hamdayat.
Abrhit: “Ya no hay comida. Hay saqueos. Perdimos nuestras pertenencias. Perdí a mis hermanos. Llegamos a Sudán a pie. Y mis hijos no tienen nada para comer”.