En Irak, el lunes por la mañana, un grupo de atacantes no identificados disparó armas y granadas contra un puesto militar iraquí en el oeste de Bagdad, dejando 11 muertos y ocho heridos. El Ejército iraquí declaró que el ataque estaba dirigido contra miembros de una milicia sunita que cuenta con el apoyo del Gobierno.
Por otra parte, en el sur de Irak, el viernes los soldados abrieron fuego contra manifestantes que exigían empleos y servicios básicos, matando a una persona e hiriendo a otros 40 manifestantes. Es la primera vez que las fuerzas de seguridad de Basora matan a un manifestante desde que el primer ministro, Mustafa al-Kadhimi, asumió el cargo en mayo y prometió poner fin a la violencia estatal que dejó más de 500 muertos en manifestaciones antigubernamentales.