En Etiopía, en la región norteña de Tigray, que en la actualidad está siendo devastada por un conflicto armado, el Gobierno admitió que tropas federales dispararon y detuvieron a trabajadores de Naciones Unidas por intentar ingresar en lo que las autoridades etíopes afirman son zonas restringidas. Grupos humanitarios han estado intentando asistir a los refugiados y a las personas desplazadas en la región asediada, al tiempo que advierten que la situación es “cada vez más crítica” debido a la escasez de alimentos y de agua potable, entre otras necesidades.
Esto ocurre a la vez que la agencia de noticias Reuters informa que Estados Unidos cree que soldados eritreos han cruzado a Etiopía para luchar junto al Ejército etíope en la batalla contra las fuerzas de Tigray. Tanto Etiopía como Eritrea han negado la veracidad de estos informes. Etiopía y Eritrea firmaron un acuerdo de paz histórico en el 2018, que puso fin a dos décadas de hostilidades.