En Siria, miles de personas desplazadas por los ataques en la provincia de Idlib han comenzado a regresar a sus hogares, con la esperanza de que se mantenga vigente un alto el fuego provisional. Alrededor de un millón de personas han huido de la ofensiva del Gobierno sirio, respaldada por Rusia, durante el año pasado y se han refugiado en campamentos atestados cerca de la frontera con Turquía. Un hombre que recientemente regresó a su hogar dijo que su familia temía más a la propagación de la enfermedad que a las bombas y los morteros.
Zakaria Sawish dijo: “Los espacios habitables están superpoblados. Recientemente ha habido muchos desplazamientos, de Saraqib, de Maara, de Ariha, y los campamentos se llenaron de gente. Empezamos a preocuparnos por las enfermedades, así que decidimos regresar a nuestra localidad, gracias a Dios. Oramos para que aquí estemos a salvo”.