En Brasil, el presidente de extrema derecha Jair Bolsonaro despidió el jueves abruptamente al ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, luego de que este urgiera reiteradamente a los brasileños a poner en práctica medidas de distanciamiento social. Bolsonaro, quien es un firme aliado del presidente estadounidense Donald Trump, ha minimizado la enfermedad de COVID-19 calificándola como una “fantasía” y una “gripecita”. Bolsonaro ha pasado por alto en reiteradas ocasiones las órdenes de quedarse en casa emitidas por gobernadores brasileños, participando en mítines políticos y saludando con la mano a sus simpatizantes.
En su última conferencia de prensa realizada el jueves, Mandetta advirtió que el coronavirus continuará cobrándose vidas.
Luiz Henrique Mandetta afirmó: “No piensen que vamos a escapar de un fuerte aumento en los casos de esta enfermedad. El sistema de salud aún no está preparado para una oleada de casos”.
Casi 9 de cada 10 camas en los centros de emergencia públicos de Río de Janeiro ya se encuentran ocupadas, aunque no se espera que los casos de coronavirus alcancen su punto máximo hasta mayo o junio.