El poderoso ministro de Justicia de Brasil renunció tras acusar al presidente de extrema derecha Jair Bolsonaro de haber destituido de forma ilegal al jefe de la Policía Federal. Sérgio Moro se ha convertido en el octavo miembro del gabinete, y el más destacado, que abandona su cargo en los 15 meses transcurridos desde que Bolsonaro asumió la presidencia. Moro supervisó la vasta investigación anticorrupción conocida como “Operación Lava Jato”, y llevó a juicio al expresidente Lula da Silva por presunta corrupción, acusaciones que según afirma Lula respondieron a motivos políticos y fueron ideadas para impedirle presentar su candidatura a la presidencia nuevamente. Moro renunció el viernes, pocas horas después de que Bolsonaro destituyera al jefe de la Policía Federal, quien investigaba a políticos aliados de Bolsonaro y a dos de sus hijos. Uno de ellos, Flávio Bolsonaro, es investigado por corrupción y vínculos con la mafia en Río de Janeiro; otro de sus hijos, Carlos Bolsonaro, fue acusado de articular “un esquema de noticias falsas” que amenazaba a opositores políticos y difundía información difamatoria.
Todo esto ocurre cuando el presidente Bolsonaro enfrenta críticas generalizadas por minimizar los peligros del brote de coronavirus. La cifra de muertos en Brasil asciende a 4.000 y los hospitales informan que están desbordados de pacientes contagiados con el virus.
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