En Estados Unidos, decenas de agentes del servicio secreto que trabajaron en el acto de campaña de Donald Trump deberán mantenerse en aislamiento después de que dos de sus colegas dieran positivo por COVID-19. Los agentes desempeñaron tareas de seguridad en el mitin realizado el fin de semana pasado por el presidente en la ciudad de Tulsa, en el estado de Oklahoma. Esto ocurre al tiempo que el condado de Tulsa registró 259 nuevos casos de coronavirus el miércoles, una cifra diaria récord. Mientras tanto, la consejera de la Casa Blanca, Kellyanne Conway, defendió el miércoles el uso por parte de Trump del término racista “kung-flu” [juego de palabras entre fu y flu, gripe en inglés] para describir la COVID-19 en actos políticos en Tulsa y Phoenix celebrados esta semana.
Kellyanne Conway afirmó: “Mi reacción es que el presidente ha dejado muy claro que quiere que todos entiendan, y creo que muchos estadounidenses sí entienden, que el virus se originó en China, y que si China hubiese sido más transparente y honesta con Estados Unidos y con el mundo, no tendríamos todos los fallecimientos y destrucción que, desafortunadamente, hemos sufrido”.
La declaración hecha por Kellyanne Conway contrasta fuertemente con sus comentarios formulados hace tres meses, cuando calificó el término “kung-flu” como altamente ofensivo y arremetió contra la periodista asiáticoestadounidense Weijia Jiang por no nombrar a un funcionario de la Casa Blanca que, según se reportó, utilizó el insulto.
Kellyanne Conway: “Y eso es muy ofensivo, por lo que debe decirnos a todos quién es. Me gustaría saber quién es. No voy a involucrarme en cuestiones hipotéticas. Estoy casada con un asiático. No me involucraré en situaciones hipotéticas. Mis hijos son parcialmente asiáticos”.
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