Estados Unidos reportó el martes más de 50.000 nuevos casos de COVID-19 y 1.358 muertes. El gobernador del estado de Misisipi, Tate Reeves, puso fin el martes a su larga oposición a exigir el uso de tapabocas en público y emitió un mandato a nivel estatal. También ordenó un aplazamiento del comienzo del año escolar en algunos, pero no en todos, los condados de Misisipi, estado que va en camino a convertirse en el mayor foco de coronavirus en Estados Unidos.
Mientras tanto, una coalición bipartidista de gobernadores de siete estados encabezada por el republicano Larry Hogan, de Maryland, está trabajando para adquirir millones de pruebas rápidas de diagnóstico de coronavirus, citando una respuesta fallida por parte del Gobierno de Donald Trump que provocó una grave escasez y demoras en la disponibilidad de dichas pruebas.
En el Congreso, el líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, señaló el martes que podría estar dispuesto a revertir la oposición del Partido Republicano a aprobar una nueva serie de subsidios federales por desempleo de 600 dólares semanales adicionales a las provistas por los estados. El programa por el cual se otorgaba dicho beneficio expiró a fines de julio, cuando fracasaron las negociaciones sobre un nuevo proyecto de ley de estímulo económico ante la crisis ocasionada por el coronavirus.