En la mañana del lunes, las fuerzas armadas israelíes irrumpieron en la mezquita de Al-Aqsa, ubicada en la zona de Jerusalén Oriental ocupada por Israel, al tiempo que sigue aumentando la violencia en el país. Los soldados dispararon balas de goma, gases lacrimógenos y bombas de sonido contra los palestinos, y cientos resultaron heridos. Durante el fin de semana, las fuerzas armadas israelíes hirieron a cientos de fieles y manifestantes en Al-Aqsa. Algunos de los incidentes tuvieron lugar en la noche del sábado, una de las noches más sagradas del mes de Ramadán. Esto ocurre a la vez que siguen intensificándose las protestas contra la expulsión de familias palestinas de Sheikh Jarrah, un barrio de la zona ocupada por Israel de Jerusalén Oriental.
Sireen Jabareen: “El plan es ocupar toda Jerusalén y convertirla en una ciudad judía, étnica y en desarrollo en la que no haya presencia árabe. Y esto les permite ocupar la capital palestina. Y, a su vez, esto les permite ocupar todos los hogares, como lo hicieron en la Nakba en 1948 y en 1967”. La Nakba o “Catástrofe” hace referencia a la expulsión de cientos de miles de palestinos de sus hogares durante el periodo en el que tuvo lugar la declaración de independencia del Estado de Israel en 1948.
El domingo, la Corte Suprema de Israel pospuso una audiencia programada para este lunes que tenía el fin de abordar los desalojos planificados del barrio de Sheikh Jarrah. El alto tribunal programará una nueva fecha para la audiencia dentro de los próximos 30 días. Asimismo, Israel llevará a cabo sus festividades nacionalistas por el Día de Jerusalén y su marcha anual por la bandera este lunes, lo que genera temores de que haya más situaciones de violencia.
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