El número de muertes en Gaza ha llegado a 213, al tiempo que Israel continúa bombardeando el territorio sitiado por aire, tierra y mar usando bombas y aviones de combate fabricados en Estados Unidos. Los funcionarios de salud de Gaza dicen que hay 61 menores y 36 mujeres entre los fallecidos. Más de 1.400 palestinos han resultado heridos. Otros 58.000 han tenido que desplazarse a otras partes de la franja y se enfrentan a una escasez de alimentos, medicamentos y suministros.
El domingo, rescataron a una niña de seis años de edad, Suzy Eshkuntana, que había quedado atrapada debajo de los escombros de su casa en la ciudad de Gaza después de que un ataque aéreo matara a su madre y a sus cuatro hermanos. Su padre, Riyad, fue el único otro miembro de su familia que sobrevivió.
Riyad Eshkuntana: “Corrí a ver cómo estaban las niñas. Mi esposa se levantó corriendo. Abrazó a las niñas y las sacó de la habitación. Luego, un segundo ataque impactó en la habitación. Sentí cómo se destruía el techo y quedé bajo los escombros. La última vez que vi a mi esposa, vi que se arrojaba al suelo y que el concreto le caía sobre la cabeza”.
Un ataque aéreo israelí llevado a cabo el lunes causó daños en la oficina de la organización humanitaria catarí Media Luna Roja. Otro de los bombardeos afectó el único laboratorio de pruebas de diagnóstico de COVID-19 en Gaza. Una clínica administrada por Médicos sin Fronteras fue impactada por un ataque israelí el domingo. La Organización Mundial de la Salud informa que los ataques israelíes han dañado al menos 18 hospitales y clínicas de Gaza.