En Haití, el número total de muertes causadas por el terremoto de magnitud 7,2 que azotó el país el sábado ha llegado a casi 1.300 víctimas. Hay además miles de heridos y continúan las operaciones de búsqueda y rescate de supervivientes. Cientos de casas fueron destruidas, y los hospitales se vieron desbordados con pacientes que habían sufrido lesiones. Gran parte del daño se registró en la ciudad suroeste de Les Cayes y sus alrededores. El primer ministro de Haití, Ariel Henry, declaró el sábado el estado de emergencia durante un mes. Henry también pidió que la ayuda internacional esté bajo el control de Haití, no de actores extranjeros.
Primer ministro Ariel Henry: “En esta crisis, queremos respuestas más adecuadas que las que recibimos después del terremoto de 2010. Toda ayuda que venga del exterior debe pasar por la Dirección de Protección Civil”.
El terremoto del sábado se produjo un mes después de que Haití se sumiera aún más en la agitación política tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse, y al tiempo que muchos haitianos todavía se están recuperando del devastador terremoto de 2010. Mientras tanto, la tormenta tropical Grace se dirige hacia Haití y amenaza con destruir aún más el país, con posibles inundaciones y deslizamientos de tierra.