El Gobierno de China dice que, a partir de enero, pondrá fin al requisito de realizar cuarentena a los viajeros procedentes de otros países. Esta medida constituye otro cambio importante que se aleja de la política de “cero COVID” que el país asiático venía aplicando. A partir del 8 de enero, las personas que lleguen a los puertos chinos solo deberán presentar un resultado negativo de la prueba de COVID-19. Dicho resultado debe haber sido obtenido dentro de las 48 horas previas a la salida. La relajación de las medidas contra la COVID-19 se produce después de que la máxima autoridad sanitaria de China estimara que decenas de millones de personas se están infectando con coronavirus cada día, lo que hace que el brote actual de China sea, por un amplio margen, el peor del mundo. Estas fueron las palabras expresadas por una enfermera de urgencias del Hospital Popular de la Universidad de Pekín.
Enfermera: “Todos los pacientes que vienen aquí tienen niveles de oxígeno del 50%, 60%, 70% más o menos, por lo que sentimos mucha presión cuando se trata de casos graves. Miembros de nuestro personal médico se enfermaron, uno tras otro, y muchos colegas siguen trabajando a pesar de estar enfermos”.