El Senado de Estados Unidos aprobó el jueves pasado una importante legislación para los lugares de trabajo que, según sus partidarios, es un hito para el movimiento en contra de los abusos sexuales #MeToo. La medida, aprobada con apoyo bipartidista, prohíbe que las empresas obliguen a sus trabajadores a resolver acusaciones de acoso y agresión sexual en un arbitraje forzado, un proceso que suele ser costoso y llevarse a cabo en secreto. Estas fueron las palabras expresadas por la senadora de Nueva York Kirsten Gillibrand, una de las patrocinadoras de la Ley para Terminar con el Arbitraje Forzado en los Casos de Agresión y Acoso Sexual (Ending Forced Arbitration in Sexual Assault and Sexual Harassment Act).
Senadora Kirsten Gillibrand: “El proyecto de ley ayudará a arreglar un sistema disfuncional que protege a los perpetradores y a las corporaciones, y pondrá fin a la práctica de silenciar a las personas sobrevivientes. Las personas sobrevivientes de agresión o acoso sexual en el lugar de trabajo ya no harán su denuncia y recibirán como respuesta que legalmente tienen prohibido demandar a su empleador porque en algún lugar recóndito de su contrato de trabajo se encontraba esta cláusula de arbitraje forzado. Esta ley anulará todas las disposiciones de arbitraje forzado en los casos de agresión y acoso sexual y les permitirá a las víctimas tener la oportunidad de contar su verdad en el juzgado”.
Inicio