Las autoridades ucranianas acusan a Rusia de haber asesinado civiles y, con ello, de haber incurrido en un crimen de guerra. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, y las autoridades de la Unión Europea condenaron las imágenes de civiles muertos en Bucha, suburbio de Kiev donde, tras el retiro de las tropas rusas de la zona, se encontraron cadáveres en las calles, algunos con las manos atadas a la espalda. Además, el viernes 1 de abril Amnistía Internacional publicó un informe que verifica de forma independiente que Rusia violó el derecho internacional al emplear bombas de racimo, prohibidas por éste, así como otras armas que matan indiscriminadamente a civiles. “Es necesario que se investigue lo que viene sucediendo durante todo este conflicto, que lleva más de un mes, de manera seria y que los autores rindan cuentas”, dice Joanne Mariner, directora del Programa de Respuesta a las Crisis de Amnistía Internacional y coautora del informe. “Ante este implacable bombardeo a barrios y zonas civiles, pedimos el establecimiento de corredores humanitarios seguros para que las personas civiles puedan salir”.
Para conocer más sobre este tema, vea (en inglés) la conversación que tuvimos con Joanne Mariner.