El Gobierno de Pakistán advierte que las inundaciones podrían tardar hasta seis meses en retroceder, después de que las lluvias monzónicas récord y el deshielo de los glaciares dejaran bajo el agua un tercio del territorio pakistaní. Las inundaciones desplazaron a 33 millones de personas y se han cobrado más de 1.400 vidas. Las autoridades sanitarias advierten sobre la creciente amenaza de enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera y el dengue. El lunes, el ejército de Pakistán se apresuró a reforzar las defensas contra inundaciones en una importante central eléctrica que se encuentra en la provincia sureña de Sindh y que suministra electricidad a millones de personas. Cerca de allí, una gran tormenta de arena arrancó cientos de tiendas de campaña de un campamento que alberga a personas que recientemente se quedaron sin hogar debido al desastre climático.
Ghulam Muhammad: “Nuestra aldea y nuestro pueblo quedaron sumergidos. Vinimos aquí y estábamos viviendo en tiendas de campaña. Ahora las tiendas se han volado y el clima ha empeorado mucho. Ha empezado a llover. ¿Hay alguien que pueda ayudarnos? Por favor, ayúdennos.”