El Ejército israelí ha ordenado a 1,1 millones de civiles del norte de la Franja de Gaza que evacúen la zona y se trasladen “hacia el sur” en un plazo de tan solo 24 horas, una orden que Naciones Unidas calificó de “imposible” de ejecutar sin que ocurran “consecuencias humanitarias devastadoras”. El ultimátum se produjo luego de que Israel agrupara soldados, tanques y vehículos blindados en el sur del país para una inminente invasión terrestre de Gaza. El viernes, Israel lanzó miles de panfletos en toda la Franja de Gaza, en los que advierte a los palestinos que si no abandonan sus hogares, corren el riesgo de perder la vida. El Consejo Noruego para los Refugiados condenó lo que denominó “el castigo colectivo de innumerables civiles, entre ellos niños, niñas, mujeres y personas de edad avanzada”. La organización sostuvo que la orden de evacuación “supone un acto de traslado forzoso, que es [considerado] un crimen de guerra”. Mientras tanto, el incesante bombardeo israelí sobre Gaza continuó por séptimo día consecutivo. Estas fueron las palabras expresadas por Jinan al-Attar, una adolescente de 14 años cuyo tío murió y cuya familia se quedó sin hogar a causa de los ataques aéreos israelíes.
Jinan al-Attar: “Era la boda de mi hermana y estábamos haciendo dulces cuando comenzó el ataque aéreo. Así que salimos de casa. Nos metimos unos encima de otros en el automóvil y fuimos directamente a la escuela de aquí. Pero vivir en la escuela no es agradable, y mi tío retornó a la casa. Bombardearon la casa mientras él estaba allí y murió”.
Las autoridades sanitarias de Gaza afirman que los ataques israelíes han causado la muerte de al menos 1.537 palestinos, incluidos 500 niños y niñas. Israel informa que lanzó 6.000 bombas sobre Gaza durante los primeros seis días de su ofensiva. Los hospitales están desbordados debido a la cantidad de heridos y fallecidos y están racionando cada vez más el combustible necesario para hacer funcionar equipos médicos vitales.
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