La Casa Blanca dijo el jueves que Israel había acordado detener sus ataques en el norte de Gaza durante cuatro horas al día para permitir que la población civil se desplace hacia el sur del enclave palestino. La ONU estima que, solo el jueves, 50.000 personas se vieron obligadas a trasladarse a pie a lo largo de lo que las fuerzas armadas israelíes denominan un “corredor humanitario”. Muchas de estas personas compararon esta expulsión masiva de gazatíes con la “Nakba”, un acontecimiento ocurrido en 1948 en el que unos 700.000 palestinos se vieron forzados a abandonar sus hogares y convertirse en refugiados durante el período de la creación del Estado de Israel.
Um Hassan: “¿Qué se ve detrás de nosotros? Destrucción y muerte. Esto se ha convertido en una segunda Nakba para los palestinos. ¿Qué más quiere el mundo?”.
Khaled Abu Issa: “El campamento de refugiados de Beach está en llamas. También lo están todas las zonas del norte y oeste de Gaza. Están forzando a las personas a ir a las escuelas y luego las asustan para que se vayan. Lo que vemos hoy es un plan para una segunda Nakba”.
“Nakba” significa “catástrofe” en árabe.
Craig Mokhiber, exdirector de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos en Nueva York, criticó los llamados “corredores humanitarios” de Israel y escribió al respecto: “Las pausas de cuatro horas [por día] entre masacres no son 'humanitarias'. No son más que una limpieza étnica dirigida. Decirles a las víctimas enjauladas 'adelante, les daré una ventaja antes de volver a matarlas' es una farsa cruel y cínica, por la que los perpetradores deben rendir cuentas”.
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