La cadena Al Jazeera está presentando una demanda ante la Corte Penal Internacional por la muerte del reportero gráfico Samer Abu Daqqa, quien falleció el viernes tras haberse desangrado durante más de cinco horas debido a las heridas causadas por un ataque israelí con drones. Abu Daqqa fue herido mientras cubría las secuelas que los ataques israelíes habían dejado en una escuela de la ONU de Jan Yunis, donde se refugian personas que se vieron obligadas a abandonar sus hogares. Según se informa, las fuerzas armadas israelíes impidieron que los equipos de rescate llegaran a asistir a Abu Daqqa y, en un momento dado, dispararon contra una ambulancia. El jefe de la oficina de Al Jazeera en Gaza, Wael al-Dahdouh, quien en octubre perdió a doce miembros de su familia en un ataque aéreo israelí, entre ellos su esposa, hijo, hija y nieto, también resultó herido en dicho ataque.
Por otra parte, el sábado un francotirador israelí le disparó en el muslo al periodista palestino Mohammed Balousha, que llevaba puesto un casco y un chaleco con la palabra prensa escrita al momento del ataque. Los informes que Balousha había brindado sobre la muerte de bebés prematuros en la unidad de cuidados intensivos neonatales del sitiado hospital infantil al-Nasr de Gaza habían tenido repercusión internacional.
En la zona ocupada por Israel de Jerusalén Oriental, el reportero gráfico de la agencia de prensa turca Anadolu Mustafa Alkharouf fue hospitalizado el viernes tras ser fuertemente golpeado por agentes de policía israelíes. Alkharouf estaba sacando fotos frente a la mezquita de Al-Aqsa cuando los policías lo apuntaron con sus armas, lo arrojaron al suelo y comenzaron a golpearlo y patearlo. Las cámaras de la cadena de noticias CNN captaron el ataque en vivo.
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