Las autoridades palestinas afirman que el número de muertes tras 75 días de ataques israelíes en la Franja de Gaza ha superado las 20.000, es decir, casi el 1% de la población del territorio asediado. Entre los muertos hay al menos 8.000 menores de edad. El miércoles, un equipo de emergencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) llegó al hospital al-Ahli, el último centro médico en funcionamiento en el norte de Gaza donde las personas podían ser intervenidas quirúrgicamente. El coordinador del equipo de la OMS, Sean Casey, señala que las condiciones en ese hospital han empeorado aún más: los cuerpos de las personas fallecidas son colocados en hileras en el patio del centro médico, los pacientes llevan semanas sin someterse a las cirugías que necesitan y hay un aumento en las infecciones posoperatorias debido a la falta de antibióticos.
Sean Casey: “Lo que encontramos aquí es un hospital que en realidad ha dejado de funcionar casi por completo. Hace dos días, varios miembros del personal fueron detenidos. El sábado pasado visitamos [el hospital] Al-Shifa y nos contaron que estaban enviando casos quirúrgicos aquí porque al-Ahli tenía algunos de los pocos quirófanos que quedaban en funcionamiento en el norte de la [Franja de] Gaza y en la ciudad de Gaza, pero ahora estos tampoco están operativos. No tienen especialistas. No tienen cirujanos. No tienen electricidad. No tienen agua. No tienen comida”.