Sudán sigue sumida en un conflicto en el que el Ejército enfrenta una facción militar rival al tiempo que los residentes aterrorizados luchan contra la escasez de alimentos y energía

El alto el fuego de 24 horas que se había acordado en Sudán fracasó, ya que el Gobierno militar continuó lanzando ataques aéreos el miércoles contra el principal aeropuerto internacional de la ciudad de Jartum en lo que sería el quinto día de combates. En respuesta, el grupo paramilitar, que está conformado por una facción rival del Ejército, atacó con disparos los aviones del Gobierno militar de Sudán. Hasta el momento se han registrado al menos 185 muertes, al tiempo que la ONU advierte que el conflicto ha creado una catástrofe humanitaria. La población civil se ha visto cada vez más privada de los productos básicos, como la energía, los alimentos y la atención médica. Estas fueron las palabras expresadas por un activista por los derechos humanos y trabajador humanitario sudanés que huyó de la ciudad capital, Jartum.

Mahmoud Alameen: “Nadie puede comprar los elementos básicos que necesitan a diario. Los enfrentamientos entre las fracciones militares rivales continúan durante la noche, por lo que no se recomienda salir a comprar lo básico. Está oscuro. No hay luz, por lo tanto, es peligroso, ya que los bandos que luchan no pueden darse cuenta si uno es un ciudadano civil o un miembro de un grupo armado. Yo creo que este [mes del] Ramadán es un infierno para el pueblo de Sudán”.

Los trabajadores humanitarios continúan enfrentando ataques violentos, que incluyen informes de agresiones sexuales. Las instalaciones de Médicos sin Fronteras de la ciudad de Nyala, la capital del estado de Darfur Meridional, fueron asaltadas por hombres armados. Los residentes describen el terror y el caos de la guerra al tiempo que luchan por la falta de suministros.

Hadeel Mohamed: “En un momento uno se encuentra orando mucho para salir de esto realmente a salvo, y para que el país salga de esto a salvo. Y luego, en otros momentos, uno está demasiado perdido en lo que sucede a su alrededor. ¿Voy a estar bien? ¿Mis amigos van a estar bien? ¿Mi familia? ¿Mis vecinos? Incluso las personas que uno realmente no conoce pero ve en las calles. ¿Entienden?”.