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En Guatemala, las autoridades electorales rechazaron el intento de la élite empresarial y política que gobierna el país de anular los resultados de las elecciones presidenciales, que tuvo lugar en junio. Sandra Torres, ex primera dama acusada de corrupción, y sus aliados impugnaron los resultados de la primera vuelta electoral, en la que el candidato progresista Bernardo Arévalo, protagonista de la lucha anticorrupción en el país, obtuvo el segundo lugar con los votos suficientes para llegar a una segunda vuelta. El jueves 6 de julio, el Tribunal Superior Electoral dijo que los resultados finales de la primera ronda no habían cambiado después de la revisión. En la ciudad de Guatemala estallaron las protestas frente a la suspensión de la certificación de los resultados electorales. “Para nosotros fue realmente difícil competir en estas elecciones y ahora dicen que manipulamos los resultados”, dice Samuel Pérez Álvarez, diputado y dirigente del partido político Movimiento Semilla, por el que se postuló Arévalo. “Este régimen no sólo es corrupto, también es autoritario”. Las elecciones de segunda vuelta se celebrarán en agosto entre Torres y Arévalo.
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