El presidente de Túnez, Kais Saied, destituyó al primer ministro y nombró como sustituto a Ahmed al-Hachani, un exejecutivo del banco central del país. Al-Hachani enfrenta una creciente crisis económica y la indignación de la ciudadanía debido a las políticas implementadas por el presidente Saied, así como a lo que se ha percibido como un golpe de Estado. Muchos ciudadanos tunecinos expresaron indiferencia ante el repentino cambio de liderazgo.
Mouhamad Amine Elayer: “Ya no presto mucha atención al cambio de ministros. Cada cuatro o cinco meses, se oye hablar de un nuevo ministro y de un ministro saliente, y sus nombramientos se anuncian en una página de Facebook”.
Temas: