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El Gobierno de Biden ha desplegado miles de infantes de marina y marineros estadounidenses en Medio Oriente para disuadir a Irán de incautar barcos petroleros y otros tipos de barcos comerciales cerca del estrecho de Ormuz. La medida es considerada una intensificación de las tensiones en la región. La Marina de Estados Unidos denunció que, el mes pasado, Irán intentó apoderarse de dos barcos petroleros comerciales en el golfo de Omán y que desde 2019 ya ha incautado docenas de barcos de este tipo. Irán respondió al anuncio estadounidense con la decisión de equipar a su fuerza naval con drones y misiles. “Es realmente incomprensible que estemos tomando riesgos tan inmensos que podrían llevar a Estados Unidos a la guerra para lograr cosas poco valiosas en términos de alcanzar la paz y estabilidad en la región e incluso para los intereses de Estados Unidos en la región”, dice Trita Parsi, vicepresidente ejecutivo del centro de estudios Quincy Institute for Responsible Statecraft. Parsi añade que el Gobierno de Biden se está arriesgando empezar una nueva guerra en pos de tener relaciones más fuertes con Arabia Saudita y argumenta que el Gobierno de Biden cometió un grave error en cuanto a la relación de Estados Unidos con Irán al mantener vigentes las sanciones que había implementado Trump con su política de “máxima presión”.
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