En una gran victoria para el movimiento contra la crisis del cambio climático, el Gobierno de Biden anunció el viernes una moratoria en la construcción de nuevas terminales de exportación de gas natural licuado, o GNL. La medida se produce después de años de lucha por parte de activistas ambientales y las comunidades afectadas del golfo de México, quienes han calificado los proyectos como “megabombas” de carbono. Estas fueron las palabras expresadas por Roishetta Sibley, fundadora de la organización a favor de la justicia ambiental Vessel Project.
Roishetta Sibley Ozane: “Siendo una madre de seis hijos que vive en esta comunidad, donde [algunos de] mis hijos padecen asma y otras afecciones de la piel con las que deben luchar todos los días, sé que estas instalaciones no son de interés público. Al vivir en una comunidad que huele a huevo podrido y a productos químicos, sé que estas instalaciones no son de interés público. Pero esta pausa no es simplemente un logro menor, sino un hito importante que sienta las bases para posibles rechazos y ralentiza el progreso de estos proyectos”.