En la Franja de Gaza, los ataques israelíes se han cobrado la vida de al menos 373 palestinos desde el viernes, día en que la Corte Internacional de Justicia ordenó a Israel tomar todas las medidas a su alcance para impedir un genocidio en el enclave palestino. En otro acontecimiento importante, Estados Unidos y al menos otros doce países suspendieron su financiación a la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina, o UNRWA, después de que Israel afirmara que doce empleados de la agencia participaron en los ataques que la organización Hamás llevó a cabo el 7 de octubre. La UNRWA tiene más de 13.000 empleados en la Franja de Gaza, lo que la convierte en uno de los principales empleadores del enclave palestino, y proporciona ayuda esencial a la mayoría de los 2,3 millones de residentes de Gaza. La agencia de la ONU respondió a las acusaciones de Israel despidiendo a nueve empleados. Por su parte, el comisionado general de la UNRWA, Philippe Lazzarini, condenó la suspensión de la financiación en un momento en el que la hambruna es inminente en Gaza. Lazzarini dijo que “los palestinos en Gaza no necesitaban este castigo colectivo adicional” y que “esto es una mancha para todos”. El primer ministro palestino, Mohammad Shtayyeh, instó a los países a revertir su decisión de suspender la financiación a la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina.
Primer Ministro Mohammad Shtayyeh: “La suspensión de la ayuda se condice con los planes israelíes de llevar a cabo la evacuación forzosa de nuestro pueblo de Gaza a Egipto. La suspensión de la ayuda se produce en el momento más difícil, cuando la Corte Internacional de Justicia ha solicitado que se provean suministros de inmediato y se envíen más suministros y ayuda internacional a Gaza. La Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina proporciona ayuda a 1,7 millones de palestinos en Gaza”.