ISIS se adjudicó la responsabilidad por la mortal puñalada recibida por un comandante de policía francés en las afueras de París, la capital de Francia. El atacante, identificado como Larossi Abballa, mantuvo posteriormente a la pareja del comandante y al hijo de tres años de edad de ambos como rehenes, y mató a la pareja, que se desempeñaba como agente de policía en tareas administrativas. La policía atacó la vivienda y dio muerte al atacante. El presidente de Francia, François Hollande, describió los asesinatos como un “indudable ataque terrorista”.
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