Nuevamente en Estados Unidos, en Minneapolis, la jefa de policía, Janee Harteau, renunció tras las crecientes protestas por el asesinato por parte de la policía de la australiana Justine Ruszczyk, que se encontraba desarmada. Varios ciudadanos exigen también la renuncia de la alcaldesa Betsy Hodges y afirman que el asesinato de Justine Ruszczyk, que se produjo luego de que llamara dos veces al 911 para denunciar una posible violación cerca de su casa, demuestra el problema institucional de la policía de la ciudad.
Uno de los manifestantes dijo: “La jefa anterior no estaba haciendo su trabajo, pero consideramos que esto va más allá de la jefa: el problema es institucional. Si no fuera institucional, la policía tendría que haber tenido cámaras corporales el otro día”.
Ruszczyk fue asesinada por el oficial de policía Mohamed Noor, que respondió a su llamado de emergencia, cuando Ruszczyk se acercó a su vehículo policial en pijama. Visite democracynow.org/es por más información sobre las crecientes protestas en Minneapolis.