En Puerto Rico, el gobernador Ricardo Roselló solicitó más ayuda gubernamental para evitar una catástrofe humanitaria total, seis días después de que el huracán María devastara la isla. Los más de 3,4 millones de ciudadanos estadounidenses del territorio siguen sin el abastecimiento necesario de alimentos, agua y combustibles. La tormenta de categoría cuatro provocó cantidades de lluvias sin precedentes e inundaciones catastróficas que destruyeron las líneas de electricidad y dejaron a toda la isla a oscuras. Al menos 13 personas han muerto hasta ahora. La alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, declaró: “Lo que estamos viendo ahora es que las secuelas son más terribles que el propio paso del huracán”.
El lunes por la noche, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aparentemente culpó a Puerto Rico por sus problemas al escribir: “Puerto Rico, que ya padecía por tener una infraestructura precaria y una deuda enorme, está en serios problemas… su viejo sistema de electricidad, que estaba terriblemente deteriorado, ha sido devastado. Gran parte de la isla fue destruida, y deben miles de millones de dólares… a Wall Street y a los bancos, y tristemente tendrán que lidiar con esto. Las principales prioridades son comida, agua, asistencia médica, y se está haciendo un buen trabajo”. Estos fueron los primeros tuits de Trump sobre el desastre en Puerto Rico, luego de que el presidente pasara el fin de semana criticando a los jugadores de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) por protestar contra el racismo y la brutalidad policial. Visite democracynow.org/es para ver más información sobre Puerto Rico.
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