Trump evalúa la posibilidad de detener a ciudadanos estadounidenses en El Salvador y Bukele dice que no enviará de vuelta a EE.UU. al migrante expulsado injustamente del país

Reportaje15 de abril de 2025

Nos acompañan Nayna Gupta, directora de políticas de la organización American Immigration Council, y José Olivares, galardonado periodista de investigación especializado en política latinoamericana, para analizar la colaboración que está brindando El Salvador a Estados Unidos en materia de detención de inmigrantes. Más de 300 personas han desaparecido en las peligrosas cárceles de máxima seguridad de El Salvador, entre las cuales hay al menos un hombre cuya expulsión de Estados Unidos fue producto de un error. Ahora, tanto el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, como el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, están diciendo que no está en su poder traer de vuelta a Estados Unidos a Kilmar Abrego García, a pesar de existir un dictamen de la Corte Suprema que ordena “facilitar” su regreso. “Lo de ayer fue un teatro político en el que vimos a varios funcionarios del Gobierno mintiéndole a la sociedad estadounidense”, plantea Gupta en referencia a la reunión que mantuvieron Trump y Bukele el lunes 13 de abril en la Oficina Oval con presencia de la prensa. “Donald Trump y su Gobierno pueden hacer que el Sr. Abrego García vuelva a su casa. Es algo que está dentro de su poder y autoridad”. Por su parte, Olivares habla sobre los orígenes de la colaboración entre Estados Unidos y Salvador, así como de los estrechos vínculos del propio Gobierno salvadoreño con la organización criminal MS-13.

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Transcripción
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AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now!, democracynow.org, el informativo de guerra y paz. Soy Amy Goodman, con Juan González.

Hablamos hoy de la inusual reunión en el Despacho Oval entre el presidente Trump y el presidente Nayib Bukele de El Salvador celebrada el lunes 14 de abril. Durante una larga interacción con la prensa en presencia de altos funcionarios y asesores del Gobierno de Trump, el presidente Bukele se negó rotundamente a enviar de vuelta a Estados Unidos a Kilmar Abrego García, el padre de familia de Maryland que fue deportado erróneamente, y enviado a la tristemente célebre cárcel salvadoreña conocida como CECOT. En un tenso intercambio sobre Abrego García, varios miembros del gabinete y el equipo de Trump hablaron del asunto, y el mensaje fue claro: a pesar del reciente fallo unánime de la Corte Suprema que declara que el Gobierno de EE.UU. debe “facilitar” el regreso de Abrego García a Estados Unidos, el presidente Trump y su gabinete no están obligados a hacerlo.

Vamos a comenzar viendo este sorprendente intercambio. Durante la conversación, el presidente Trump se dirige a la fiscal general Pam Bondi, al asesor de seguridad nacional Stephen Miller, y al secretario de Estado, Marco Rubio. El video comienza con una pregunta de Kaitlan Collins de la CNN.

PRESIDENTE DONALD TRUMP: Adelante. Escuchemos la pregunta de esta presentadora con índices de audiencia muy bajos de la CNN.

KAITLAN COLLINS: Gracias, presidente Trump. ¿Planea pedirle al presidente…

PRESIDENTE DONALD TRUMP: Índices bajos.

KAITLAN COLLINS: … Bukele ayuda para traer de vuelta al hombre que su Gobierno dice fue deportado por error?

PRESIDENTE DONALD TRUMP: ¿De quién habla?

KAITLAN COLLINS: ¿El hombre que fue deportado por error a El Salvador?

PRESIDENTE DONALD TRUMP: Bueno, déjame preguntarle a Pam. ¿Podrías contestar esa pregunta?

FISCAL GENERAL PAM BONDI: Claro, presidente. En primer lugar, él estaba ilegalmente en nuestro país. Había estado ilegalmente en nuestro país. Y en 2019, dos tribunales, un tribunal de inmigración y un tribunal de inmigración de apelación, dictaminaron que era un miembro de la MS-13, y que estaba ilegalmente en nuestro país. En este momento era… era necesario preparar documentación adicional. Eso depende de El Salvador, de si ellos deciden devolverlo. Eso no depende de nosotros. La Corte Suprema dictaminó, presidente, que si El Salvador quiere devolverlo, se trata de un asunto internacional, de relaciones exteriores. Si ellos quisieran devolverlo, nosotros lo facilitaríamos, es decir, proporcionaríamos un avión.

KAITLAN COLLINS: ¿Va usted a traerlo de vuelta, presidente Bukele?

PRESIDENTE DONALD TRUMP: Está haciendo un gran trabajo. Gracias, Pam.

FISCAL GENERAL PAM BONDI: Gracias.

PERIODISTA: Sr. presidente…

PRESIDENTE DONALD TRUMP: Stephen Miller —espere un minuto—, ¿podría también responder a esa pregunta? Porque, ya saben, es la CNN quien está preguntado, y siempre preguntan de forma sesgada, porque están totalmente sesgados, porque no saben lo que está pasando. Es por eso que nadie ve ese canal. Pero ¿podría responder a esa pregunta también, por favor?

STEPHEN MILLER: Sí, señor, con mucho gusto. Como mencionó Pam, él es un inmigrante ilegal de El Salvador. Entonces, en lo que a ustedes les concierne, es ciudadano de El Salvador. Por lo tanto, es muy arrogante incluso para los medios estadounidenses sugerir que deberíamos decirle a El Salvador cómo tratar a sus propios ciudadanos, eso como punto de partida, después de que dos tribunales de inmigración hallaron que él era un miembro de la MS-13. Cuando el presidente Trump declaró que la MS-13 es una organización terrorista extranjera, eso significó que él ya no era elegible, bajo la ley federal, la cual estoy seguro que conocen —usted está muy familiarizada con la Ley de Inmigración y Ciudadanía—, él ya no era elegible para ninguna forma de alivio migratorio en Estados Unidos. Así que tenía una orden de deportación que era válida, lo que significaba que, según nuestra ley, ni siquiera se le permite estar presente en Estados Unidos y tuvo que ser devuelto a causa de la designación como terrorista extranjero.

Entonces, un tribunal de distrito le dio la vuelta al asunto completamente, y un tribunal de distrito trató de decirle al Gobierno que tenían que secuestrar a un ciudadano de El Salvador y traerlo de vuelta aquí. Se planteó ese asunto a la Corte Suprema de EE.UU., y la Corte Suprema dijo que la orden del tribunal de distrito fue ilegal, y sus elementos esenciales fueron revertidos por 9 a 0, por unanimidad, indicando claramente que ni el secretario de Estado ni el presidente podían ser obligados por ninguna persona a traer por la fuerza a un ciudadano salvadoreño desde El Salvador, que, repito, es un miembro de la MS-13, que, como estoy seguro entienden, es un grupo que viola niñas, asesina mujeres, asesina niños, se dedica a las más bárbaras actividades en el mundo. Y puedo asegurarles que si él fuera su vecino, se mudarían de inmediato.

KAITLAN COLLINS: Entonces, ¿no planean pedirle eso al presidente Bukele?

REPORTERO: Pero la Corte Suprema está pidiendo que…

KAITLAN COLLINS: ¿Esa es la decisión?

PRESIDENTE DONALD TRUMP: ¿Y cuál fue el fallo en la Corte Suprema, Steve? ¿Fue de nueve a nada?

STEPHEN MILLER: Sí, fue nueve a cero.

PRESIDENTE DONALD TRUMP: A nuestro favor.

STEPHEN MILLER: A nuestro favor, contra la sentencia del tribunal de distrito, diciendo que ningún tribunal de distrito tiene el poder para marcar la política exterior de Estados Unidos. Como dijo Pam, el fallo únicamente declaró que si esta persona, a la sola discreción de El Salvador, fuera enviado de vuelta a nuestro país, podríamos deportarlo por segunda vez. Ninguna versión de esto, legalmente, termina con él viviendo aquí, porque es ciudadano de El Salvador. Aquí está el presidente de El Salvador. Sus preguntas al respecto, según el tribunal, solo pueden estar dirigidas a él.

KAITLAN COLLINS: Le pregunto al presidente Bukele: ¿Puede el presidente opinar sobre esto? ¿Piensa regresarlo?

PRESIDENTE NAYIB BUKELE: Bueno, No puedo… Espero que no esté usted sugiriendo que introduzca de contrabando a un terrorista en Estados Unidos, ¿verdad?

PRESIDENTE DONALD TRUMP: Es solo la CNN.

PRESIDENTE NAYIB BUKELE: ¿Cómo podría hacer eso? ¿Cómo puedo introducir de contrabando… ¿cómo puedo regresarlo a EE.UU.? ¿Lo introduzco de contrabando en Estados Unidos? Bueno, por supuesto, no voy a hacerlo. Quiero decir, la pregunta es absurda. ¿Cómo puedo introducir de contrabando a un terrorista en EE.UU.? No tengo el poder para regresarlo a Estados Unidos.

REPORTERO: Pero podría liberarlo dentro de El Salvador.

PRESIDENTE NAYIB BUKELE: Sí, pero no voy a liberar… Quiero decir, no nos gusta mucho dejar libres a terroristas en nuestro país. De ser la capital mundial de los asesinatos pasamos a ser el país más seguro del hemisferio occidental. ¿Y usted quiere que retrocedamos y liberemos a criminales para volver a ser la capital mundial de los asesinatos? Eso no va a suceder.

PRESIDENTE DONALD TRUMP: Bueno, les encantaría tener un criminal, ya saben, liberado en nuestro país.

PRESIDENTE NAYIB BUKELE: Sí, cuál es la fascinación…

PRESIDENTE DONALD TRUMP: Les encantaría.

PRESIDENTE NAYIB BUKELE: Sí.

PRESIDENTE DONALD TRUMP: Están enfermos. Estas son personas enfermas. Marco, ¿tenía algo que decir?

SECRETARIO DE ESTADO MARCO RUBIO: Sí, Stephen lo describió. No entiendo cuál es la confusión. Esta persona es ciudadana de El Salvador. Estaba ilegalmente en Estados Unidos y fue devuelto a su país. Ahí es donde deportas a la gente, de vuelta a su país de origen, a excepción de Venezuela, que se niega a aceptar a la gente, y otros lugares así. Puedo decirle esto, Sr. presidente. No… la política exterior de Estados Unidos es dirigida por el presidente de Estados Unidos, no por un tribunal. Y ningún tribunal en Estados Unidos tiene derecho a dirigir la política exterior de Estados Unidos. Es así de simple. Fin de la historia.

KAITLAN COLLINS: Sin embargo, los tribunales dijeron específicamente que él no podía ser enviado de vuelta a El Salvador.

STEPHEN MILLER: Y eso es lo que la Corte Suprema sostuvo, por cierto, en relación con el argumento de Marco. La Corte Suprema dijo exactamente lo que dijo Marco, que ningún tribunal tiene la autoridad para marcar la política exterior de Estados Unidos. Ganamos un caso nueve a cero, y gente como la CNN lo describen como una derrota, como de costumbre, porque quieren terroristas extranjeros en el país que secuestran mujeres y niños. Pero la política del presidente Trump es que los terroristas extranjeros que están aquí ilegalmente deben ser expulsados del país, que, por cierto, es algo que el 90% de la gente apoya.

KAITLAN COLLINS: Sr. presidente, usted dijo que si la Corte Suprema dijera que alguien debía ser devuelto, usted cumpliría con ello. Lo dijo en el Air Force One hace unos días. Y ellos dijeron que…

PRESIDENTE DONALD TRUMP: ¿Por cuánto tiempo tenemos que responder a esa pregunta? ¿Por qué no dice simplemente: “No es maravilloso que mantengamos a los delincuentes fuera de nuestro país”? ¿Por qué no puede simplemente decir eso?

KAITLAN COLLINS: Bueno, es una decisión legal [inaudible]…

PRESIDENTE DONALD TRUMP: ¿Por qué vuelve una y otra vez a lo mismo? Es por eso que ya nadie ve su programa, ¿sabe? No tiene credibilidad. Adelante, por favor.

AMY GOODMAN: Veíamos al presidente Trump, al asesor de seguridad de Trump, Stephen Miller, al secretario de Estado, Marco Rubio, a la fiscal general, Pam Bondi, y al presidente salvadoreño, Nayib Bukele, respondiendo a Kaitlan Collins de la CNN sobre la deportación o expulsión errónea del padre de familia de Maryland Kilmar Abrego García a la tristemente célebre prisión conocida como CECOT en El Salvador. La semana pasada, Democracy Now! habló con el abogado de Abrego García, Simon Sandoval-Moshenberg, quien expuso los hechos del caso de su cliente.

SIMON SANDOVAL-MOSHENBERG: Él fue inicialmente arrestado por el ICE en 2019 cuando estaba trabajando como jornalero frente a un Home Depot. Hubo una pista anónima, un informante confidencial, combinado con el hecho de que él llevaba una gorra de los Chicago Bulls, lo cual, según el ICE, era más que suficiente para etiquetarlo como miembro de una pandilla.

Cuando fue detenido por primera vez por el ICE, tuvo una audiencia preliminar, y el juez de inmigración esencialmente dijo: “No sé qué está pasando. Recibimos esta pista confidencial. No puedo estar satisfecho. No sé qué está pasando, así que voy a denegar su liberación”. Entonces, el juez esencialmente ordenó que siguiera detenido durante sus procedimientos de inmigración.

Pero luego tuvo un juicio, ¿verdad? Y ganó su juicio. El juez ordenó suspender su remoción, ordenó que él no podía ser deportado a El Salvador, le concedió una suspensión de la remoción. Y el Gobierno de Trump en ese momento, ni siquiera se molestó en apelar, ¿verdad? Simplemente dijeron: “Está bien, está bien”. Lo liberaron de la detención, y le dieron un permiso de trabajo. Y ha estado trabajando… Un permiso que ha renovado desde entonces, y ha estado trabajando legalmente, ahora como aprendiz de chapista, con un permiso de trabajo legal desde entonces.

Entonces, en lo que concierne a estas acusaciones que tienen en su contra, ni siquiera son acusaciones actuales. Son de hace seis años.

AMY GOODMAN: Ese era Simon Sandoval-Moshenberg, abogado de Kilmar.

Pasamos ahora a hablar sobre el presidente salvadoreño Nayib Bukele, su reunión en el Despacho Oval con el presidente Trump y la cercana relación que tiene con el Gobierno… Bukele, el hombre al que le gusta llamarse a sí mismo “el dictador más cool del mundo”.

Para ello nos acompañan dos invitados. Desde Washington D.C. nos acompaña Nayna Gupta, directora de políticas del American Immigration Council, su artículo más reciente para Just Security se titula “The Missing Due Process for Gang Allegations” (El inexistente debido proceso en las acusaciones de afiliación a pandillas). Desde la Ciudad de México nos acompaña el galardonado periodista de investigación José Olivares, quien escribe para Drop Site News y ha informado recientemente sobre El Salvador. En un minuto hablaremos con él sobre las elecciones en Ecuador. Pero vamos a comenzar con Nayna Gupta.

¿Puede responder a esta sorprendente reunión en la Casa Blanca?

NAYNA GUPTA: Sí, muchas gracias por invitarme.

Lo que vimos ayer fue teatro político y un grupo de funcionarios del Gobierno mintiendo a la sociedad estadounidense. Para ser claros, Donald Trump y su Gobierno pueden traer a casa al Sr. Abrego García, sin ninguna duda. Eso está dentro de su poder y autoridad. Inmigración ha deportado a miles de personas injustamente en el pasado. La agencia tiene un proceso para traer a la gente de vuelta. He trabajado en casos en los que la agencia ha retornado inmediatamente a personas tras haber admitido que su expulsión fue indebida, tal y como han reconocido en este caso. Y la idea de que el presidente no puede hacer lo mismo es mentira.

Ahora bien, sí es cierto, por supuesto, que el presidente y el Poder Ejecutivo tienen un amplio margen de discreción y libertad cuando se trata de asuntos de política exterior y de seguridad nacional. Pero ese poder no es ilimitado. Y este es un Gobierno que ahora ha desacatado una orden de un tribunal de inmigración que impedía que el Sr. Abrego García fuera deportado a El Salvador, su país de origen. Está violando una orden de la Corte Suprema y de un tribunal federal de distrito que le han ordenado al Gobierno facilitar el regreso del Sr. Abrego García. Este Gobierno de Trump está quebrantando el Estado de derecho y violando el debido proceso. Y lo está haciendo al acercarse al presidente Bukele, que también tiene un historial de quebrantar el Estado de derecho y los derechos humanos en su país. Y esta táctica que está usando el Gobierno en este caso es peligrosa y cruel.

JUAN GONZÁLEZ: Nayna Gupta, quería preguntarle sobre… Obviamente, el Gobierno afirma que, debido a la designación de la MS-13 como una organización terrorista extranjera, esto ha pasado ahora a ser un tema de política exterior de Estados Unidos, no solo de inmigración. Pero, en cuanto al tema de si Abrego García fue alguna vez juzgado por ser miembro de la MS-13, ¿qué se sabe de eso? Ya vimos que su abogado expresó su posición al respecto hace unos días.

NAYNA GUPTA: Sí. El Gobierno de Trump jamás ha demostrado que el señor Abrego García sea miembro de la MS-13. El Sr. Abrego García tuvo una audiencia ante una corte de inmigración en la cual no hubo argumentos suficientes para litigar sobre ese asunto. En este país creemos en el derecho de las personas a un juicio justo. No, no puedes hacer desaparecer a alguien en otro país, en una prisión en otro país, basándote en meras acusaciones o acusaciones falsas.

Desafortunadamente, hay muchos casos en los que el Departamento de Seguridad Nacional ha usado pruebas insuficientes y poco sólidas de afiliación a pandillas como fundamento para deportar a gente, particularmente hombres provenientes de América Latina. En este caso, el Gobierno de Trump ha llevado eso al extremo. Han expulsado a una persona, en violación de múltiples órdenes judiciales ya en este momento, enviándola a una prisión extranjera sin tener pruebas en su contra. Ese no era el asunto principal en su caso, él no es un miembro de la MS-13. Y si el Gobierno de Trump dice lo contrario, debería demostrarlo en un tribunal de justicia.

JUAN GONZÁLEZ: ¿Puede hablar sobre la demanda de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) en 2017 que obligó al Gobierno de Trump a liberar a más de 30 niños y adolescentes detenidos por el ICE, después de que se revelara que las pruebas que el Gobierno tenía sobre su afiliación a pandillas eran prácticamente inexistentes?

NAYNA GUPTA: Sí. De nuevo, esta no es la primera vez que el Gobierno de Trump ha usado este tipo de evidencias falsas y poco sólidas para deportar a personas o detenerlas y usar las leyes migratorias de EE.UU. como un arma política. Durante el primer mandato de Trump, la ACLU presentó una demanda en nombre de más de 30 hombres adolescentes que habían sido acusados de ser miembros de pandillas. Esas acusaciones estaban basadas en tatuajes y evidencias a partir de bases de datos claramente imprecisas sobre pandillas, las cuales a su vez se basan en meras acusaciones tan básicas como “este joven fue visto en la misma área donde hay bastante actividad de grupos criminales”. Esas evidencias eran tan débiles y sin fundamento que el tribunal federal que trató el caso de la ACLU dijo, de hecho, que algunos de esos jóvenes debían ser inmediatamente liberados de las cárceles para inmigrantes, y los otros debían tener, por lo menos, como un primer paso, una audiencia en la corte, para que el Gobierno realmente demostrara la veracidad de las acusaciones para poder usar esas pruebas… para que esas evidencias fueran presentadas de manera justa ante un tribunal.

AMY GOODMAN: Quería preguntarle sobre otro tema antes de pasar a la investigación de Drop Site sobre cómo se llevó a cabo esta reunión. Se trata del comentario de Trump ayer en el Despacho Oval, cuando dijo que quiere enviar criminales violentos que son ciudadanos estadounidenses a El Salvador, a lo que agregó que la fiscal general Pam Bondi está estudiando la ley al respecto. Se le pudo escuchar en un micrófono abierto —hay que escuchar con mucha atención— diciéndole al presidente Bukele: “Los delincuentes locales son los siguientes”, y añadió: “Ustedes van a necesitar unos cinco lugares más”. Pero en este clip en el Despacho Oval, el presidente Trump está hablando abiertamente de ello.

PRESIDENTE DONALD TRUMP: Nosotros siempre tenemos que obedecer las leyes, pero también tenemos delincuentes locales que empujan a la gente a las vías del metro, que golpean a las señoras mayores en la cabeza con un bate de béisbol cuando no están mirando, que son monstruos absolutos. Me gustaría incluirlos en el grupo de personas que debemos sacar del país, pero tendremos que mirar las leyes sobre eso, Steve, ¿de acuerdo?

REPORTERO: Usted mencionó que está abierto a deportar a personas que no son extranjeras, pero son criminales, a El Salvador.

PRESIDENTE DONALD TRUMP: Me encantaría.

REPORTERO: ¿Eso incluye potencialmente a ciudadanos estadounidenses, estadounidenses completamente naturalizados?

PRESIDENTE DONALD TRUMP: Si son criminales y si golpean a la gente con bates de béisbol en la cabeza, gente de 90 años, y si violan a mujeres de 87 años en Coney Island, Brooklyn, sí, sí, eso los incluye. ¿Qué? ¿Crees que hay una categoría especial de personas? Son tan malos como cualquiera que entra [al país]. Aquí también hay malos. Y estoy a favor de eso. Porque podemos hacer cosas con el presidente [Bukele] por menos dinero y tener una gran seguridad. Y tenemos una inmensa población carcelaria. Tenemos un enorme número de prisiones. Y también tenemos las prisiones privadas, y algunas funcionan bien, supongo, y algunas no. Pero él hace un gran trabajo con eso. También estamos negociando con otros. Pero, no, si es un delincuente local, no tengo ningún problema. Y estamos estudiando las leyes en este momento. Pam las está estudiando. Si podemos hacer eso, sería bueno. Estoy hablando de personas violentas. Estoy hablando de gente muy mala, gente muy mala, tan mala como la que está entrando al país.

AMY GOODMAN: Nayna Gupta, del American Immigration Council, ¿puede responder a eso? ¿Puede responder a lo que Trump acaba de proponer, que ciudadanos de EE.UU. podrían ser enviados a las cárceles de El Salvador? Nayna Gupta, ¿Puede responder —sé que se desconectó su auricular— muy rápidamente a lo que el presidente Trump propone, que ciudadanos de EE.UU. podrían ser enviados a El Salvador?

NAYNA GUPTA: Sí, esto no es más que el presidente jugando un juego muy peligroso. Está probando los límites de su autoridad. Está probando los límites del Estado de derecho en Estados Unidos. Y está contemplando la idea de enviar ciudadanos estadounidenses a una prisión extranjera. Ahora mismo, para ser claros, los ciudadanos estadounidenses no corren ese riesgo. Pero si el Gobierno de Trump se sale con la suya tras desacatar múltiples órdenes judiciales y negarse a traer de regreso al Sr. Abrego García, eso será algo que envalentonará al presidente. Eso significará que el presidente se sentirá alentado y con el derecho, en su mente, de tomar acciones como esta con la que amenazó en ese momento de teatro político que vimos ayer en la Casa Blanca.

AMY GOODMAN: Queremos traer a José Olivares a esta conversación. ¿Puede comentar rápidamente, antes de hablar sobre su investigación en el marco de las elecciones en Ecuador, sobre cómo sucedió todo esto, esta reunión entre Bukele y Trump, el traslado de inmigrantes, y ahora esta propuesta de enviar ciudadanos estadounidenses a las cárceles de Salvador, y también el papel que Erik Prince, el conocido exdirector de Blackwater, desempeñó entre bastidores para propiciar todo esto? Prince está de vuelta en Estados Unidos ahora que Trump es presidente de nuevo.

JOSÉ OLIVARES: Así es. Gracias, Amy.

Sí. Esto se ha visto venir por mucho tiempo, estas negociaciones entre el Gobierno de Bukele y el Gobierno de Trump. Lo que hemos visto es que, incluso en los meses previos a las elecciones, Erik Prince estuvo de visita en El Salvador y recorrió este Centro de Confinamiento del Terrorismo, esta prisión, y estuvo negociando con el Gobierno de Bukele. Y es probable que haya sido allí donde surgió la idea de proponer enviar inmigrantes detenidos en Estados Unidos a esta tristemente célebre prisión en El Salvador y dejarlos bajo custodia del Gobierno salvadoreño.

Entonces, lo que vimos fueron negociaciones también entre el Gobierno de Trump… negociaciones de alto nivel entre el Gobierno de Trump y el Gobierno de Bukele tan pronto como el Gobierno de Trump tomó el poder. Y ellos pudieron negociar un acuerdo en el que el Gobierno de Trump le pagaría al Gobierno de Bukele seis millones de dólares por tener detenidos a todos estos inmigrantes que están siendo expulsados y llevados a esta prisión en El Salvador. Pero, como parte del trato, también vimos un tipo de maniobra muy secreta por parte del Gobierno de Trump con Bukele.

Solo para dar un poco de contexto: en 2019, el Gobierno de Bukele negoció con los líderes de alto rango de la MS-13. Ahora bien, a estos líderes de alto rango se les llama la Ranfla Nacional, y son conocidos como una especie de junta directiva de la MS-13, la cúpula de la pandilla. Y los funcionarios del Gobierno de Bukele estaban yendo a las cárceles para negociar con estos líderes de la MS-13. Y, como parte del trato, la MS-13 fue capaz de mantener algún control territorial. Algunos de estos líderes fueron liberados de prisión. Pero al mismo tiempo, a cambio, la MS-13 acordó reducir la violencia en El Salvador, reducir el número de asesinatos, pero también acordaron movilizar sus fuerzas para apoyar al partido político de Bukele en las elecciones legislativas de 2021. Esas elecciones las ganó abrumadoramente el partido político de Bukele, lo que le permitió consolidar aún más su poder. Pero un año después, en 2022, este pacto entre la MS-13 y el Gobierno de Bukele esencialmente fracasó, y vimos a Bukele poner en marcha su estado de excepción, con estas enormes prisiones, capturando a miles de personas y llevando a estos supuestos pandilleros a esas prisiones.

Pero, como resultado del estado de excepción, el conocimiento, la información sobre este pacto, este pacto original de 2019 entre el Gobierno de Bukele y la MS-13, es algo increíblemente vergonzoso para el Gobierno de Bukele, así que ha estado queriendo mantener bajo reserva cualquier tipo de información que pudiera revelarse sobre algún potencial vínculo que su Gobierno haya tenido con la MS-13. Ahora bien, hay dos acusaciones importantes en Nueva York que imputan a la Ranfla Nacional de varios delitos de narcoterrorismo y de terrorismo. Y en esas acusaciones mencionan específicamente estas negociaciones entre el Gobierno de Bukele y la MS-13.

Y lo que descubrimos, según algunos documentos del Departamento de Justicia a los que primero accedió El Faro, que es una excelente organización de noticias salvadoreña, es que el 11 de marzo el Gobierno de Trump retiró todos los cargos contra uno de estos líderes de la MS-13. Su nombre es César Humberto López-Larios. Y el 15 de marzo, como parte de este primer vuelo de inmigrantes expulsados bajo la Ley de Enemigos Extranjeros, este hombre, este líder de la MS-13, fue enviado a El Salvador, prácticamente entregado al Gobierno de Bukele como un regalo, básicamente diciendo: “Aquí tienes. Gracias por permitirnos usar tu prisión. Este es uno de estos líderes de alto rango de la MS-13 que potencialmente podría hablar en una audiencia judicial pública sobre los vínculos entre el Gobierno de Bukele y la MS-13, y aquí lo tienes. Ya no podrá hablar en una audiencia pública, porque todos sus cargos han sido retirados”. Y eso de alguna forma muestra otra especie de nivel en este tipo de negociaciones secretas, de alto rango, negociaciones de alto nivel de seguridad nacional entre el Gobierno de Trump y el Gobierno de Bukele.

AMY GOODMAN: José Olivares, queremos que se quede con nosotros. Nayna Gupta, queremos agradecerle por estar con nosotros, directora de políticas de la organización American Immigration Council. Pasamos ahora a Ecuador.


Traducido y editado por Igor Moreno Unanua e Iván Hincapié.

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