Trump defiende uso de gas lacrimógeno contra migrantes y culpa a los padres y “agarradores”

Titular27 Nov. 2018

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le pidió a México que deporte a los solicitantes de asilo centroamericanos el lunes, un día después de que oficiales de la patrulla fronteriza estadounidense dispararan gases lacrimógenos contra un grupo de migrantes en Tijuana cuando intentaban cruzar la frontera próxima a la ciudad de San Diego, que se encuentra fuertemente militarizada. El lunes, Trump tuiteó: “México debería remover a esos inmigrantes que ondean la bandera, muchos de los cuales son criminales de sangre fría, de regreso a sus países. Háganlo por avión, por autobús, háganlo como quieran, pero [ellos] no entrarán a Estados Unidos. Cerraremos la frontera permanentemente si es necesario. ¡[Miembros del] Congreso, financien el muro!”. México le pidió a Estados Unidos que investigue el uso de gas lacrimógeno contra niños. Trump habló el lunes en Mississippi y defendió por segunda vez el uso de los gases, culpando de la situación a los padres de los menores migrantes, ya que, según sostiene, algunas personas no son los tutores legales de los niños con los que viajan, sino los llamados “agarradores”, que simplemente viajan con niños con el objetivo de obtener asilo.

El presidente Donald Trump afirmó: “¿Por qué un padre corre a un área en donde sabe que están disparando gases lacrimógenos? ¿Por qué corren hacia allí con sus niños? Y en algunos casos ni siquiera son sus hijos. Estas personas son lo que se llama ‘agarradores’: agarran un niño porque creen que obtendrán determinado estatus migratorio teniendo un niño. En lo que respecta a nuestras leyes dementes, tienen ciertas ventajas”.

Alrededor de 5.000 migrantes se encuentran en la ciudad fronteriza mexicana de Tijuana en espera de poder solicitar asilo en Estados Unidos. Una de ellos es María Meza, una hondureña de 39 años. Una fotografía de la agencia de noticias Reuters que se hizo viral muestra a Meza huyendo de nubes de gases lacrimógenos junto con sus dos hijas pequeñas.

María Meza expresó: “Yo me sentía triste, con miedo y con ganas de llorar. Fue ahí donde agarré a mis hijas, yo para correr en ese momento. Yo pensé que mis hijos se me iban a morir junto conmigo por el gas que rompimos nosotros. Por que sí, salimos corriendo, y caímos al lodo, y cuando intenté subir no pude, el otro muchacho me agarró de la mano y me ayudo a subir”.

Visite democracynow.org/es para acceder a nuestra entrevista en San Diego con Pedro Ríos, quien fue testigo de cómo la patrulla fronteriza de Estados Unidos disparó gases lacrimógenos contra los migrantes a lo largo de la frontera con México el domingo.

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