En Estados Unidos, el centro de detención privado Otay Mesa, cerca de la ciudad de San Diego, se ha convertido en la cárcel para inmigrantes de EE. UU. con el mayor brote de coronavirus, ya que al menos 17 reclusos inmigrantes dieron positivo por COVID-19 hasta el martes, según documentos obtenidos por el periódico The San Diego Union-Tribune.
En la ciudad de Tacoma, en el estado de Washington, los inmigrantes recluidos en el Centro de Detención del Noroeste han iniciado otra huelga de hambre, la tercera en solo tres semanas. Los reclusos realizaron una protesta el miércoles en el patio del centro, formando las letras “SOS” con sus cuerpos mientras continúan exigiendo su liberación.
Mientras tanto, un juez federal de Miami ha ordenado al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas que revele cuántos de sus trabajadores tercerizados han dado positivo por COVID-19. Según los informes, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas ocultó esta información, ya que la agencia afirmó que los trabajadores tercerizados no se consideraban personal de la agencia.