En el estado de Oregón, en Estados Unidos, un testigo de la muerte de Michael Reinoehl a manos de la policía la semana pasada afirma que el activista antifascista de 48 años de edad no parecía tener un arma y no estaba amenazando a los oficiales antes de morir baleado por la policía. El testigo, Nathaniel Dingess, sostiene que Reinoehl estaba sosteniendo su teléfono y comiendo golosinas fuera de un complejo de apartamentos el 3 de septiembre cuando se le acercaron oficiales en dos autos sin identificación policial. Dingess afirma que los oficiales en ningún momento se anunciaron ni dieron ninguna orden antes de abrir fuego.
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