En la República Democrática del Congo, al menos 120 personas murieron y decenas más resultaron heridas por las inundaciones y los deslizamientos de tierra provocados por las lluvias torrenciales que se desataron en la capital del país, Kinsasa. Varias viviendas se derrumbaron y las principales carreteras congoleñas quedaron sumergidas en agua fangosa o destruidas por las hondonadas que se produjeron. Las tareas de rescate para encontrar personas sobrevivientes continúan. Residentes locales afirmaron que la situación es culpa de la negligencia del Gobierno.
Odia: “Hemos elegido a un Gobierno que es incapaz de cubrir las necesidades de la población. Esta carretera ha estado durante mucho tiempo en peligro de derrumbe. Hemos alertado a las autoridades de esta situación, pero aquí vemos la pura realidad. Hasta construir una canaleta les resulta difícil”.