
Esta semana, el Secretario General de la ONU, António Guterres, advirtió desde Nigeria que la invasión rusa a Ucrania está provocando una creciente crisis de hambre en África. Al mismo tiempo, un nuevo informe de Human Rights Watch indica que la invasión rusa a Ucrania agravó la inseguridad alimentaria en el mundo, en particular para los países africanos que ya estaban atravesando una crisis de hambre. Rusia y Ucrania son los principales exportadores de trigo y otros cereales, mientras que países como Camerún, Nigeria y Uganda se encuentran entre los mayores importadores. En el contexto del cambio climático y el estancamiento del comercio por la pandemia de coronavirus “todos estos cambios en la disponibilidad de alimentos llevaron los precios de los alimentos a nuevos niveles”, dice Lena Simet, investigadora de Human Rights Watch. Organizaciones que trabajan por la justicia alimentaria están exhortando a los países exportadores, como Estados Unidos y Canadá, a que “abran sus mercados, suspendan las restricciones a las exportaciones y ofrezcan cereales esenciales a precios asequibles a las organizaciones humanitarias”, añade Simet.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) la conversación que tuvimos con Lena Simet.