En Estados Unidos, unos 1.000 niños y niñas indígenas murieron mientras eran obligados a asistir los internados del Gobierno federal cuya finalidad era exterminar la identidad, el idioma y la cultura de los nativos estadounidenses. Esas fueron las conclusiones finales de un informe innovador publicado el martes por el Departamento del Interior estadounidense, que por primera vez en su historia da cuenta del papel del Gobierno de Estados Unidos en las espantosas prácticas de asimilación impuestas en las escuelas. El informe, que pide al Gobierno federal emitir un pedido de disculpas formal, fue realizado a solicitud de la primera miembro indígena del gabinete estadounidense, la secretaria del Interior, Deb Haaland, cuyos abuelos se vieron obligados a asistir a un internado desde los ocho años.
Secretaria del Interior Deb Haaland: “El Departamento del Interior, la misma agencia del gabinete que fue creada para asimilar a los pueblos indígenas, publicó un informe de investigación histórico que detalla el impacto, el trauma y el daño que causaron los internados federales para indígenas desde 1819 hasta la década de 1970. Este trauma no es nuevo para los pueblos indígenas. Una de las razones por las que lancé la Iniciativa Federal de Internados Indígenas fue para garantizar que se conozca esta importante historia, que todo Estados Unidos tenga conocimiento de los impactos intergeneracionales de estas políticas y de que nosotros, como país, tomemos medidas para superarlas”.