En el este de la República Democrática del Congo, el grupo rebelde M23 afirma haber tomado el control de Goma, la capital de la provincia de Kivu del Norte. El secretario general de la ONU, António Guterres, instó a las fuerzas armadas ruandesas a retirarse de inmediato de la República Democrática del Congo y dejar de apoyar a los combatientes del M23. Por su parte, el Gobierno congoleño calificó la toma de Goma como una “declaración de guerra” de Ruanda. También se ha informado de combates en la frontera entre la República Democrática del Congo y Ruanda. Desde principios de 2025, unas 400.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares en el este del Congo debido al avance de los combatientes del M23 hacia Goma, lo que ha agravado una crisis humanitaria que ya era crítica.
Durante el fin de semana, Naciones Unidas decidió evacuar a su personal desplegado en la zona después de que 13 miembros de su misión de mantenimiento de la paz murieran en enfrentamientos con el grupo rebelde M23.
Tras una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU celebrada el domingo, la ministra de Relaciones Exteriores de la República Democrática del Congo, Thérèse Kayikwamba Wagner, calificó la situación que atraviesa su país como uno de “los períodos más oscuros de su historia reciente” y pidió al Consejo de Seguridad que sancione a Ruanda e imponga un embargo a la explotación de los recursos naturales del país.
Thérèse Kayikwamba Wagner: “Desde el 6 de enero de 2025, estas fuerzas ilegales han intensificado sus ataques y han tomado el control de localidades estratégicas como Katale y Masisi, desplazando a millones de civiles, destruyendo infraestructura de importancia vital y cometiendo violaciones a gran escala contra los derechos humanos. Estos actos no constituyen solamente ataques contra el pueblo congoleño, sino también contra los principios fundamentales que rigen la coexistencia pacífica entre los países”.
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