La masacre de este martes en Rafah se produjo tras otro ataque ocurrido el domingo, en otro centro de distribución de ayuda apoyado por Estados Unidos, en el que soldados israelíes mataron al menos a 31 personas y dejaron más de 170 heridas. El secretario general de la ONU, António Guterres, condenó la masacre del domingo y pidió que se inicie de inmediato una investigación independiente al respecto. Las fuerzas armadas israelíes han negado haber sido ellas quienes abrieron fuego contra la multitud.
Mientras tanto, el periódico The Guardian informa que los últimos ataques aéreos israelíes contra escuelas que albergan a personas desplazadas en Gaza formaron parte de una estrategia deliberada de Israel, en la que los planificadores militares flexibilizaron los límites impuestos a los bombardeos en zonas con alta concentación de civiles. En los últimos meses, Israel ha cometido ataques contra seis escuelas, en los que ha matado a más de 120 personas.