En Baltimore, Maryland, miles de personas continuaron manifestándose pacíficamente contra la muerte de Freddie Gray, ocurrida bajo custodia policial. Gray murió de heridas en la columna una semana después de haber sido arrestado por mirar a un teniente de la policía y luego salir corriendo. Su familia ha dicho que su columna estaba quebrada en un 80% a la altura del cuello. Durante la noche, miles de policías y miembros de la Guardia Nacional siguieron controlando el cumplimiento del toque de queda fijado a las 10 de la noche. Loretta Lynch, la flamante fiscal general, dijo que el Departamento de Justicia proporcionaría los recursos necesarios para controlar las protestas.
Lynch declaró: “He estado en contacto directo con funcionarios en Maryland, entre ellos el gobernador, y ordené al departamento que brindara la asistencia que pueda ser útil para restablecer la calma y resolver la agitación que estalló en la ciudad”.
Tras haber arrestado a más de 200 personas durante la noche del lunes, las autoridades de Baltimore se vieron obligadas a liberar a alrededor de la mitad de ellas el miércoles, en medio de una ola de recursos judiciales. Algunos de los prisioneros dijeron que estuvieron detenidos durante dieciocho horas sin alimentos. Uno de los detenidos es un joven de 18 años que fue fotografiado mientras rompía una patrulla de la policía con un cono de tránsito. Se fijó su fianza en medio millón de dólares, después de que su padrastro lo convenciera de que se entregara. Las escuelas reabrieron en Baltimore después de haber permanecido cerradas tras los alzamientos del lunes por la noche, en los que se quemaron automóviles y edificios. Sin embargo, se prohibió a las personas asistir al partido de básquetbol del equipo Baltimore Orioles en Camden Yards, lo que implicó que los equipos debieron jugar en un estadio vacío. Associated Press dijo que fue “uno de los espectáculos más extraños de la historia de la ligas mayores” de básquetbol.