En Honduras, falleció a los 90 años de edad Miguel Facussé, quien fuera apodado “el palmero de la muerte” y era una de las más acaudaladas y poderosas personalidades del país. Facussé y guardias de seguridad privada de su compañía, Dinant, fueron acusados de participar de forma violenta en la apropiación de tierras y de cometer decenas de asesinatos de activistas campesinos en el Valle de Aguán en Honduras, en beneficio de su negocio multimillonario de aceite de palma. Cables diplomáticos publicados por WikiLeaks muestran que Estados Unidos conocía la participación de Facussé en el tráfico de cocaína pero continuó financiando al ejército y la policía de Honduras, que presuntamente trabajaban estrechamente con guardias de Facussé. Facussé apoyó el golpe de estado que en el año 2009 derrocó al presidente hondureño Manuel Zelaya. Su aeronave personal fue utilizada para sacar de Honduras contra su voluntad a la ministra de Asuntos Exteriores Patricia Rodas, historia que Rodas relató más tarde en Democracy Now! con asistencia de un traductor.
Patricia Rodas declaró: “Yo fui expulsada por los militares de mi casa, fui hecha prisionera en la Fuerza Aérea de Honduras y después expulsada a medianoche y trasladada en el avión, presuntamente de Miguel Facussé”.
En relación a la muerte de Facussé, Chuck Kaufman, de la organización Alliance for Global Justice, dijo a la cadena de radio de Colorado KGNU que “un príncipe de la oscuridad había retornado al infierno”.