Aproximadamente siete millones de personas en Estados Unidos viven en zonas que corren riesgo de sufrir terremotos provocados por la actividad humana. Esto surge de un reciente informe del Servicio Geológico de Estados Unidos, que afirma que estados entre los que figuran Oklahoma y Kansas corren actualmente el mismo riesgo que California de sufrir un terremoto devastador. La zona central de Estados Unidos ha observado un incremento de actividad sísmica a consecuencia de inyectar profundamente en el subsuelo el agua de desecho proveniente de la extracción de petróleo y gas.
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