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El gobierno de Trump continúa defendiendo el uso del gas lacrimógeno contra las multitudes de solicitantes de asilo político que llegan a la frontera. Mientras tanto, analizamos la historia del gas lacrimógeno, cuyo uso está prohibido para la guerra pero es legal que las autoridades federales y la policía lo utilicen contra la población civil. El uso del gas lacrimógeno por parte de las autoridades fronterizas se ha disparado durante el gobierno de Trump. Según información del propio organismo, han utilizado este gas más de 25 veces en lo que va del año. El martes, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza le informó a la revista Newsweek que la agencia comenzó a usar el gas lacrimógeno durante el gobierno de Obama, en el año 2010. Actualmente, el organismo alcanzó una cifra record en el uso de dicho gas que no se había alcanzado en los últimos siete años. Para ampliar esta información, vea (en inglés) nuestra conversación con Stuart Schrader, profesor de Sociología de la Universidad Johns Hopkins, que viene investigando la trayectoria del uso del gas lacrimógeno desde que fue usado como un arma de guerra en Vietnam a utilizarse para represiones dentro de Estados Unidos. Su libro de próxima publicación se titula: “Badges Without Borders: How Global Counterinsurgency Transformed American Policing” (Insignias sin fronteras: incidencia de la contrainsurgencia internacional en el trabajo policial estadounidense).
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