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6 de Diciembre de 2010
Luego de una semana, el destino de las negociaciones en la Conferencia sobre el Cambio Climático de la ONU sigue siendo incierto. El tema central del debate es el futuro del Protocolo de Kioto, el único tratado que obliga a casi 40 países ricos a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta el año 2012. La semana pasada, Japón dijo que se opondría a extender el tratado de Kioto, a menos de que EE.UU. y China también lo firmen. Se ha criticado a Estados Unidos por no haber ratificado el tratado de Kioto a pesar de ser el mayor contaminador del mundo. Hablamos con Claudia Salerno, la negociadora principal de Venezuela sobre cambio climático.
AMY GOODMAN: El grupo de nueve países que conforman el ALBA amenazó con retirarse de las negociaciones si se abandona el tratado de Kioto. Claudia Salerno es la negociadora principal de Venezuela sobre cambio climático y hoy nos acompaña aquí en Cancún.
Bienvenida a Democracy Now!
CLAUDIA SALERNO: Gracias.
AMY GOODMAN: Es un gusto tenerla con nosotros. ¿Nos puede explicar qué ha pasado en la última semana? Este fin de semana, los inquietantes debates que hubo planteaban la pregunta de si esta cumbre se va a subvertir o va a fracasar por Kioto
CLAUDIA SALERNO: Bueno, esperemos que no. Nuestra postura es que la continuación del Protocolo de Kioto no debe ser algo controvertido, ya que este es un acuerdo legalmente vinculante, por lo tanto debe continuar. No tiene fecha de vencimiento. Tiene un período inicial de compromiso y se supone que tiene un segundo período. Entonces no es una discusión política o ideológica, como algunos países realmente señalan, es una cuestión legal. La continuación de Kioto no puede ser sometida a negociaciones ni condiciones.
AMY GOODMAN: ¿Por qué el Acuerdo de Kioto es tan importante para ustedes?
CLAUDIA SALERNO: Kyoto es importante para el mundo porque es el único acuerdo legalmente vinculante que tenemos para controlar realmente las emisiones de de las grandes potencias, que son los responsables históricos de lo que estamos viviendo actualmente. No tiene que ver con lo que es importante para los países del ALBA; creo que es importante para el mundo lograr que las grandes potencias tengan obligaciones vinculantes con respecto a la necesidad de reducir sus emisiones.
AMY GOODMAN: ¿Qué significa lo que algunos países dicen sobre no renovarlo? Japón lo está diciendo; y por supuesto eso es importante, ya que el Protocolo de Kioto fue negociado en Kioto. Canadá, Australia. ¿Por qué?
CLAUDIA SALERNO: No puedo hablar por ellos, sino de lo que yo sé. Pero Japón, dice que Kioto sólo representa el 28 o el 27 por ciento de las emisiones, y que les gustaría llegar a un acuerdo, un acuerdo más grande, en el que todo el mundo participe. Lo que les respondimos es, en primer lugar, la convención tiene el 100 por ciento de los emisores allí, y queremos pensar que todas las negociaciones que estamos teniendo en el marco del Mapa de Ruta de Bali tienen en realidad la intención de involucrar de una manera diferente las emisiones de los países en vías de desarrollo. Es por eso que firmamos el Plan de Acción de Bali en 2007. Así que los países en vías de desarrollo nunca dijeron que no tienen que compartir esta responsabilidad, sino que su responsabilidad tiene que ser diferente.
En segundo lugar, el segundo argumento de Japón, y que en realidad lo decimos todo en las sesiones plenarias y en conversaciones privadas, es que en realidad Kioto tiene un recurso para los países que no quieren una obligación vinculante, que es el artículo 27. El mismo en realidad permite que cualquier país que no quiera cumplir sus compromisos lo diga. Pero políticamente, tienen que tomar la decisión de denunciar el Protocolo de Kioto para salir de una manera legal y no tratar de hacer un complot para sabotear toda la negociación simplemente porque no quieren continuar con su compromiso. Ellos pueden tomar la decisión de no continuar, porque Kioto tiene instrumentos legales para hacerlo, pero deben asumir la responsabilidad política de hacerlo de una manera adecuada y no sabotear el proceso entero.
AMY GOODMAN: Cuando el presidente Obama asumió el liderazgo de Estados Unidos, ¿pensaron ustedes que las cosas iban a cambiar? Bush fue muy criticado por no firmar el Protocolo de Kioto. El presidente Obama tampoco lo firmó y ahora el Protocolo de Kioto podría llegar a su fin.
CLAUDIA SALERNO: Pensamos que los países que no firmaron el Protocolo de Kioto no deberían tener el poder de decisión sobre un tratado del cual no forman parte. Es irónico cómo está funcionando el sistema, el único país que no forma parte del Protocolo de Kyoto [Estados Unidos] tiene el poder de darle fin. Es injusto, es injusto para el resto de los países que lo firmaron y ratificaron legalmente.
AMY GOODMAN: ¿De qué manera EE.UU. tiene poder?
CLAUDIA SALERNO: Porque, en realidad, lo que comenzó a suceder con la negociación del Plan de Acción de Bali —que es la parte de la negociación que se llama vía de LCA (“LCA track”,en inglés) o Acción Cooperativa a Largo plazo—, es que empiezan a tratar de hacer el siguiente juego: “no vamos a continuar con Kioto si en el marco del LCA track no pasa nada con la reducción por parte de los países en vías de desarrollo. Y ese tipo de chantaje de las posiciones es lo que realmente pone todo el proceso un juego. Así que, como EE.UU. quiere estar bajo el LCA track, ponen en..
AMY GOODMAN: ¿Qué quiere decir ”LCA”?
CLAUDIA SALERNO: Es, como dije, la acción cooperativa a largo plazo, es el proceso que está en la convención. EE.UU. va a poner sus obligaciones y sus compromisos en esta vía que no es legalmente vinculante. Y luego el resto de los países desarrollados dijeron que deberían hacer lo mismo y pasar del Protocolo de Kioto, que sí es un instrumento legalmente vinculante, a una decisión de la COP para poner sus obligaciones allí. Y eso es injusto; es realmente ridículo pensar que los países en vías de desarrollo son tan estúpidos para entrar en el camino que les permita abandonar la nave, como si eso fuera una especie de chantaje de sus obligaciones. Las obligaciones no pueden ser objeto de chantaje. Hay que cumplir con las obligaciones y se deben ejecutar a cabalidad. Además el Protocolo de Kioto tiene un régimen de cumplimiento que no se puede simplemente decir que no van a cumplir.
AMY GOODMAN: Y, sin embargo, [inaudible] hablando de la posibilidad de que su país y otros países se retiren en este momento de estas conversaciones, ¿no? Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Bolivia. ¿Cuáles son los países del grupo que usted realmente está liderando aquí que plantean abandonar las conversaciones si Kioto llega a su fin?
CLAUDIA SALERNO: En verdad, nunca oí ningún país, ni siquiera EE.UU., decir que van abandonar las conversaciones. Nunca. Nosotros, los países del ALBA, nunca dijimos que abandonaríamos este proceso de no ocurrir nada. Criticamos ese enfoque chantajista, así que no lo usamos. Ni siquiera en los peores momentos de Copenhague nos fuimos. Nos quedamos allí durante 36 horas, en realidad, sin dormir y sin comer y sin salir de nuestras sillas, ya que teníamos el compromiso de hacer un buen acuerdo, y no queríamos que nos impusieran un documento que era ilegal. Así, ni siquiera en los peores momentos de Copenhague, nunca, nunca nos fuimos, y nunca jamás nos iremos. El sistema multilateral es el único en el que todos pueden sentarse y en el que todos pueden hablar, y no tenemos otra alternativa que hablar hasta que efectivamente nos comprendamos unos a otros hasta llegar a una solución.
AMY GOODMAN: ¿El papel de China?
CLAUDIA SALERNO: ¿el qué de China?
AMY GOODMAN: ¿Cuál es el papel de China en estas conversaciones?
CLAUDIA SALERNO: De hecho, China tiene un papel muy importante, porque muestran que, al ser un país en desarrollo, que cuando se tiene la voluntad política de participar , no es necesario chantajear a nadie, sino sólo poner sus compromisos sobre la mesa y seguirlos. Y China, incluso mucho antes de aquella pequeña noche en Copenhague, cuando se hizo la pequeña habitación , en realidad desde octubre de 2009, puso sobre la mesa sus compromisos, y dijeron que irían y que cumplirían con lo que dijeron. Y todavía mantienen lo que dijeron. Nunca retiran sus compromisos y nunca chantajean a nadie, simplemente hacen lo que tienen que hacer. Y lo siguen haciendo. Y más aún porque declaran que no quieren tomar dinero del sistema para realizar sus acciones. Ellos van a hacer lo necesario con financiación propia. Así que eso es un éxito. Creo que es un éxito y un gran ejemplo de que cuando un país quiere, un país puede.
AMY GOODMAN: Por último, Venezuela es uno de los mayores exportadores de petróleo del mundo, de hecho suministra una enorme cantidad de petróleo a Estados Unidos. ¿Qué obligaciones tiene Venezuela de reducir sus emisiones de gases?
CLAUDIA SALERNO: Con respecto a las emisiones de gases, en realidad, sí, Venezuela es un buen ejemplo de cómo ser un país ecológico y al mismo tiempo productor de petróleo. Venezuela produce el 0,48 por ciento del total de las emisiones del mundo, menos del uno por ciento. Hay pequeños países en desarrollo, unas islas, que en realidad emiten más que Venezuela como productor de petróleo. Venezuela es parte de la cuenca amazónica. Tenemos una larga tradición de compromiso ambiental. Fuimos el primer país de América en tener un Ministerio del Ambiente y el primero de la región en tener una ley penal de ambiente, de manera que estamos comprometidos con el medio ambiente.
Y en ese sentido, Venezuela tiene una gran cantidad de medidas financiadas de mitigación a nivel nacional que hemos estado tomando desde 2007, desde el momento en que firmamos el Plan de Acción de Bali, sin esperar el resultado de este proceso para empezar a hacer nuestra parte. Y Venezuela puede decir con orgullo ahora que hemos cambiado, por ejemplo, el gas, la esencia de los vehículos, que sean libres de plomo, y que en realidad iniciamos un programa muy ambicioso de sustituir las lámparas o focos de la luz. Y ahora hemos dicho que en menos de un mes, debemos estar preparados para manejar una crisis urgente que teníamos, porque nuestra energía es una energía limpia, es producida por el agua. El setenta por ciento de la energía de mi país se produce en centrales hidroeléctricas, es energía hidroeléctrica. Como no hubo suficientes lluvias el año pasado, el 70 por ciento de nuestra energía estaba en juego. Realmente pusimos en práctica un plan para sustituir las lámparas o focos de luz como una forma de mitigar la realidad y ayudar a que la energía hidroeléctrica se sostenga. Y llegamos a la meta de cambiar 60 millones de lámparas incandescentes en un sólo mes, con todas nuestras comunidades organizadas participando; la gente fue casa por casa para explicar cómo hacerlo. Y logramos la meta de reemplazar 60 millones de lámparas incandescentes en un mes. Acabo de enterarme que un país desarrollado puso sobre la mesa, hace una semana, una meta de sustituir 30 millones de lámparas en tres años. Por lo tanto, Venezuela está avanzando.
Estamos cumpliendo con nuestros compromisos sin solicitar dinero de nadie, porque nuestro compromiso es con el planeta. Y estamos muy orgullosos de poder decir que sí somos un productor de petróleo; el petróleo nos ha permitido desarrollar un programa social muy ambicioso que no sólo llega a beneficiar a nuestra gente, sino que en realidad estamos exportando beneficios para los demás, a través de, por ejemplo, programas de salud para recuperar la vista para las personas que tienen problemas en los ojos, que se llama Misión Milagro. Y nos vamos a las pequeñas aldeas en todas las áreas de América Central y América Latina sólo para hacer operaciones para recuperar la vista, sin cargo, sin cargo alguno.
AMY GOODMAN: Claudia Salerno, muchas gracias por estar con nosotros, negociadora principal sobre cambio climático de Venezuela aquí, en Cancún, México.