
Han pasado más de cien días desde que el Gobierno de Trump implementó la decisión sin precedentes de trasladar a más de 230 inmigrantes a la tristemente célebre megaprisión CECOT de El Salvador. Los hombres fueron trasladados sin acceder al debido proceso en Estados Unidos. En Democracy Now! hablamos con los seres queridos de Andry Hernández Romero, un maquillador artístico gay de 33 años, quien había solicitado asilo político en Estados Unidos. Según su madre, le dijeron que lo enviarían a Venezuela, su país natal. En cambio, fue enviado al CECOT, prisión denunciada por cometer graves actos de tortura y abuso. Hablamos con su madre, Alexis Romero, y su mejor amiga, Reina Cárdenas, quienes no lo han visto ni han sabido nada de él en tres meses, pero lo pudieron identificar en fotos tomadas por un fotoperiodista en el CECOT. Hernández Romero “fue detenido en el momento en que se presentó a la cita para solicitar asilo”, señala Cárdenas. “Nunca tuvo acceso al debido proceso”, añade.
Transcripción
ALEXIS ROMERO: Bueno, para mí mi hijo es todo. Él es un niño muy él. Él es un niño… Qué le digo yo, él es un niño muy introvertido. Él es una persona a la que le gusta aprender. Él es una persona que le gusta ayudar. Él es una persona que le gusta estar metido en lo que está haciendo. Él es un niño 100% hogareño. Él es un niño 100% que nos ayuda a su papá, a su hermano y a mí. Él es un niño que si usted le pide un favor, que vaya ahorita para Pekín, él va y se lo hace con todo el amor del mundo. Él es un muchacho muy dado. Él es una persona 100% cabal, que usted le dice: “Mire, Andry, yo necesito que usted me haga esto para mañana”, como sea él se lo hace y le queda un excelente trabajo. Él es un muchacho muy colaborador. Muy él. Y más con nosotros, más.
Él me llamó el 14 de marzo a las seis y media de la tarde diciéndome que ya se venía para acá, que lo iban a transferir para otro centro en Texas, que ya estaba el avión. Y resulta que el avión sí lo estaba y estaban todos los muchachos que estaban ahí inocentes, pero no fue para acá, fue para El Salvador. Yo me enteré el jueves de la semana siguiente, cuando la doctora Paulina llamó a Reina y le dio la noticia. Y nos enteramos después que él estaba ya en el listado, y ella fue la que me dijo que mi niño estaba allá.
Desde ahí para acá nos cambió la vida, porque nosotros estábamos ya alegres esperándolo aquí, ya para que terminara su trauma de estar allá en el… y resulta que fue peor.
REINA CÁRDENAS: Bueno, yo tenía comunicación con él cuando él estaba detenido en inmigración. Él jamás entró a Estados Unidos. Él quedó detenido en el Centro de Inmigración desde que se presentó con la cita. Desde ahí empezó su proceso. Él me llama y me dice: “Reina, me están vinculando al Tren de Aragua por mis tatuajes, necesito que me consigne fotos, me consigne toda la documentación de la Fundación Reyes Magos, de por qué la corona, todo”, más los documentos de él, personales, antecedentes penales, toda esa serie de documentos que se le enviaron para el poder defenderse allá, cosa que jamás lo dejaron hacer, nunca tuvo un proceso de defensa en el cual él pudiera presentarse y consignar todo.
Tenía un proceso de asilo abierto también a su vez. Y bueno, a todo esto, pues… Siempre teníamos comunicación, nosotros nos comunicábamos cada ocho días hasta dos veces por semana, entonces a veces cuando él no se podía comunicar con Alexis, “Reina, por favor dile a mi mamá que la estoy llamando, que no la puedo volver a llamar”. Bueno, y así. Y hablábamos, él me preguntaba por las cosas que pasaban aquí en el pueblo, por las situaciones que estábamos pasando. Siempre estuvimos comunicados, siempre estuvimos… incluso él le daba el número de teléfono mío a compañeros de celda que ya iban saliendo, a algunos que deportaban y otro que quedaban en libertad para los Estados Unidos. Y entonces después hubo muchas personas que se hicieron amigos de él allá y luego de esto, que se enteraron de todo lo que pasó, se contactaron conmigo y él me dice: “No, yo tengo su número porque Andry me lo dio”. Incluso las abogadas, el primer contacto que hacen las abogadas de Andry es conmigo, para que yo le comunique a su mamá lo que estaba sucediendo y de la noticia que recibimos. Entonces siempre hubo una comunicación.
Y yo desde el día uno yo dije: “Yo me voy con toda, esto se tiene que hacer viral, esto se tiene que hacer público. El caso de Andry no puede dejarse pasar. Tenemos que dedicarnos”, yo le dije a Alexis, “de aquí hasta que salga. Esto es una lucha que no nos podemos cansar”. Yo sé que el estado de ánimo, pues… Ella ha estado en una situación difícil y yo la entiendo, pero yo le digo a ella todos los días: “Si nosotros no hacemos, si nosotros no luchamos, ¿quién lo va a hacer?
Yo conozco a Andry desde niños. Bueno, yo soy mayor que él, tengo 36, él tiene 32, pero somos vecinos desde hace muchos años. Más de 20 años. Entonces nos conocemos y tenemos familiares en común. Y por eso también hemos tenido esa relación de amistad tan cercana. A parte somos cerquita, somos vecinos de casa y nos la pasábamos juntos. Trabajábamos los dos en la misma fundación de los Reyes Magos, en la cual él es actor por 25 años. Yo tengo casi 20 años de participar dentro de la Fundación como organizadora.
Entonces, bueno, esta es la festividad, esta es la Fundación Reyes Magos de Capacho, tiene 108 años de vigencia y somos patrimonio artístico, cultural y religioso del municipio, del estado y de Venezuela. Entonces es una fundación que tiene mucha trayectoria en la cual Andry participó como actor desde los siete años. Luego durante todo ese tiempo ha participado como actor, como estilista, maquillador, como diseñador de vestuario, organizador, bueno, en fin…
ALEXIS ROMERO: De todo.
REINA CÁRDENAS: …de todo, multifacético él en nuestra organización, de gran apoyo, decorador…
ALEXIS ROMERO: De todo.
REINA CÁRDENAS: …hemos trabajado realizando carrozas, en la organización del evento y de verdad es un gran estilista, un gran maquillador.
ALEXIS ROMERO: Un gran hijo, un gran amigo.
REINA CÁRDENAS: A nosotros nos duele y necesitamos que él sepa que no está solo. Entonces, esa es la manera como lo hemos mantenido activo en medios de comunicación, en redes sociales, con los periodistas. Hemos tratado de que el caso de Andry sea escuchado en el mundo y creo que hemos llegado muy lejos…
ALEXIS ROMERO: Muy lejos.
REINA CÁRDENAS: …con el caso de él y demostrando su inocencia y con pruebas, como yo les digo a todos, que nosotros manejamos evidencias. Entonces es lo que nos mueve, el que todo el mundo conozca una parte de su historia y que nos ayude de alguna u otra manera, hacer presión en los juzgados, hacer presión a los medios de comunicación, con todo el que pueda intervenir de alguna u otra manera. En las organizaciones de derechos humanos también nos han apoyado demasiado, pero queremos seguir insistiendo en que ya ha pasado mucho tiempo, en que queremos que estén libres y que ya sea una definitiva, porque nadie da una respuesta. El Gobierno de los Estados Unidos no da respuestas, sino que envía a todos a El Salvador y El Salvador está en lo mismo, se lavan las manos, nadie da una respuesta y los muchachos sigue pasando el tiempo y siguen allá detenidos sin derecho a juicio, sin derecho a una defensa, sin derecho a comunicación…
ALEXIS ROMERO: A nada.
REINA CÁRDENAS: …totalmente aislados, sin saber cómo están de salud, qué están comiendo, cómo están. Andry estaba pasando por un cuadro depresivo antes de ser enviado al CECOT. Imagínense el momento donde Andry me decía: “Ya no aguanto más, Reina, yo ya no aguanto más”. Y en ese momento de desesperación él estaba en mejores condiciones en el centro de inmigración a lo que puede estar en una cárcel de máxima seguridad para delincuentes, siendo una persona inocente. Y, aparte, con la condición de Andry, que es lo que más nos preocupa a nosotros. Está rodeado de tantas personas, en su situación, y la seguridad que él no sabemos si tiene. No podemos saber en qué situación está, si está aislado, si no está aislado, si está con todo el grupo de venezolanos o está incluso hasta con pandilleros. Eso no lo sabemos.
ALEXIS ROMERO: No lo sabemos. […] él me decía a mí y al papá que no trabajáramos, que él nos va a ayudar, que él nos va a sacar adelante y hacer su sueño de él, que es tener su propio establecimiento, su propio salón y todo eso me lo frustraron, todo eso se lo pisaron, pasaron por encima de él, le apagaron su sueño, se lo apagaron totalmente. […] Mi mensaje: que lo amo, que lo quiero tener aquí. Que tenga mucha fuerza. Él es un guerrero. Y que su papá, su hermano y yo lo estamos esperando con ansias. Que estamos orando por él y haciendo todo lo que está a nuestro alcance para que, por favor, esta gente, estos dos Gobiernos, dejen de tirarse a la pelota uno contra el otro. Saquen a toda esa gente de allá, qué les cuesta. Mi niño, yo lo quiero tener aquí. Lo amo, lo adoro. Él es un ser muy lindo. Que me lo traigan, que me lo traigan. Si es posible que tenga que viajar a Caracas, voy y lo busco. De alguna manera se busca la plata para irse uno para allá para Caracas a buscarlo. Pero, yo lo que le mando es un abrazo, un beso. Que lo adoro, lo amo. Su papá y su hermano, nosotros a veces el día y la noche es igual, pensando en él, en cómo está, qué me le están dando, cómo me lo están tratando. Usted no se imagina el dolor que nosotros estamos pasando. Ya son tres meses, ya va para el cuarto, y nada de nada. Ahorita no nos dicen “estos ojos son míos”, ¿por qué no lo dicen? Ellos no… esos muchachos son olvidados. Ellos no han vuelto a decir “ni así” de los muchachos que están allá en el CECOT. Ya van para cuatro meses y, ¿qué han dicho? Nada.
REINA CÁRDENAS: Y el Gobierno de los Estados Unidos dice que él es cumplidor de la ley, democrático, apegado a la justicia, a las leyes.
ALEXIS ROMERO: Pero no.
REINA CÁRDENAS: No se ha evidenciado en ningún momento que eso esté pasando, porque lo hemos visto en reiteradas oportunidades con todas las decisiones desde que este Gobierno se implementó, que lo que han hecho es incumplir todas y cada una de las leyes de su mismo país.
ALEXIS ROMERO: Todas las órdenes, él… bueno… este señor lo cambió todo, totalmente todo. Esto no tiene perdón de Dios.
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