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Diciembre 1, 2010
Los cables filtrados de la embajada estadounidense en Madrid revelan que Estados Unidos presionó al gobierno español para que cerrara un proceso judicial iniciado por la familia del camarógrafo español José Couso. Couso murió en Bagdad el 8 de abril de 2003, cuando un tanque estadounidense disparó contra el Hotel Palestina que estaba repleto de periodistas. Tres soldados estadounidenses han sido acusados en los tribunales españoles por la muerte de Couso. “Estoy indignado”, dice Javier Couso, hermano de José Couso. “No puedo creer que mi gobierno haya conspirado con un gobierno extranjero… es como si fuéramos ciudadanos del imperio de Estados Unidos, o al menos una pequeña provincia”.
AMY GOODMAN: Pienso que lo importante aquí es el nivel de los documentos, quizás subrayando el comentario del gran periodista I.F. Stone, “los gobierno mienten”; lo que los gobiernos dicen es muy distinto a lo que ocurre entre bambalinas. Y lo que esos asuntos muestran realmente es —como explicabas, por ejemplo, por qué han provocado tanto escándalo en España— lo que el gobierno de Estados Unidos estaba haciendo en otros países para evitar cualquier clase de acusación en torno a temas relacionados por ejemplo con la guerra de Irak, Guantánamo, todo lo cual nos lleva a este tema del periodista asesinado.
Los cables filtrados de la embajada de Estados Unidos en Madrid, a los que se les está prestando mucha atención en España, revelan la presión de EE.UU. para que se cerrara un proceso judicial iniciado por la familia del periodista español muerto en el ataque de las fuerzas estadounidenses al Hotel Palestina de Bagdad en 2003. Un cable del 14 de mayo de 2007 firmado por el embajador Eduardo Aguirre, dice textualmente: “Para nosotros, tendrá consecuencias importantes continuar planteando el caso Couso, por el que tres soldados estadounidenses enfrentan cargos con relación a la muerte del camarógrafo español José Couso, ocurrida durante la batalla por Bagdad en 2003”.
Couso era un joven camarógrafo de la cadena española de televisión Telecinco que estaba filmando desde el balcón del Hotel Palestina en Bagdad el 8 de abril de 2003, cuando un tanque del ejército estadounidense disparó sobre el hotel, en el que se alojaban principalmente periodistas, causando la muerte a Couso y a un camarógrafo de la agencia de noticias Reuters.
Para saber más sobre este cable y el caso Couso, desde Madrid, España se comunica con nosotros Javier Couso, el hermano de José Couso. También por vía telefónica y traduciendo a Javier Couso nos acompaña la ex productora de Democracy Now!, María Carrión.
Bienvenidos a Democracy Now! María; podrías explicar primero de todo este caso particular y cuál es el impacto que está teniendo en España. El periódico El País es uno de los cinco periódicos que está trabajando con WikiLeaks y está publicando estos documentos día a día.
MARÍA CARRIÓN: Un impacto enorme. No se habla de otra cosa. Hasta la crisis económica que estamos enfrentando pasó a un segundo plano. Este caso es muy importante porque estamos viendo, aunque mucha gente ya lo sospechaba, las maniobras que se estaban haciendo, las maniobras políticas que se hacían entre bambalinas, para tratar de archivar el caso Couso, al igual que otros, en la Audiencia Nacional española. Javier, como seguramente dirá, no ha parado de dar entrevistas desde que se conoció esta noticia. Esta noticia los ha afectado mucho porque están viendo cómo el gobierno español estaba haciéndole el juego a los intereses estadounidenses en los años del gobierno de Bush; básicamente estaba tratando de que se rechazara el caso Couso y jugaba a dos puntas, no sólo a nivel político, sino también a nivel judicial, intentando influir a los jueces que se ocupaban del caso y a los fiscales, a quienes les decían que tenían que apelar el caso. El gobierno español estaba avanzaba paso a paso junto con Estados Unidos.
AMY GOODMAN: El tribunal español ha reabierto por tercera vez en los últimos meses el caso que investiga la muerte de José Couso. Quiero volver al momento del ataque estadounidense al Hotel Palestina. El siguiente es un fragmento del documental Hotel Palestina: matar al testigo, producido por la cadena Telecinco para la que trabajaba José Couso. Este documental fue emitido por la televisión española e incluye entrevistas con numerosos periodistas que estaban dentro del Hotel Palestina y ayudaron a llevar a José Couso al hospital, donde después murió. Este fragmento comienza con escenas tomadas dentro del Hotel Palestina momentos después del ataque del tanque estadounidense. Avisamos a nuestra tele audiencia que algunas tomas contienen escenas gráficas.
NARRADOR: El proyectil explota antes de golpear la fachada del hotel y acribilla los pisos de arriba con metralla. La habitación de la agencia de noticias Reuters sufre consecuencias dramáticas. Cerca de su balcón, el camarógrafo Taras Protsyuk recibe toda la explosión y se desploma, herido de muerte. Paul Pasquale se encuentra a sí mismo en el suelo, cubierto de sangre.
JON SISTIAGA: No me podía caber en la cabeza que habían sido los americanos, hasta que llegué hasta José, que estaba consciente, que estaba despierto, y el me dijo ha sido el tanque.
ANTONIO BAQUERO:Y de pronto vimos un balcón dañado, era el piso quince, me pongo a contar, uno, dos, tres, cuatro, cinco… quince. Le habían dado a la habitación de Reuters. La primera cosa en la que pensé fue, “Mierda, Couso estaba justo abajo”.
JON SISTIAGA: Fue el tanque, porque Couso vio cómo le dispararon. El estaba mirando el tanque cuando recibió el impacto, el fue consciente de quién lo mataba, ¿no?
ANTONIO BAQUERO: Y ahí ya veo la cámara derribada en el suelo, destrozada y el charco de sangre. Ese momento lo tengo grabado. Recuerdo que me detuve y dije “Dios mío, dios mío”.
AMY GOODMAN: Tanto José Couso como Taras Protsyuk, un camarógrafo de la agencia Reuters, estaban en balcones separados filmando; en definitiva, estaban filmando sus propias muertes, cuando el tanque estadounidense abrió fuego contra el Hotel Palestina. Esto fue un fragmento del documental Hotel Palestina: matar al testigo, producido por la cadena de televisión para la que José Couso trabajaba en España, Telecinco.
He entrevistado a uno de los muchos periodistas españoles que fueron testigos del ataque al Hotel Palestina en Bagdad el 8 de abril de 2003. Olga (Rodríguez), corresponsal de una de las emisoras de radio líderes en España, apenas sobrevivíó al ataque. Hablé con ella hace cinco años, cuando vino a Nueva York.
OLGA RODRÍGUEZ: Estábamos en el balcón. En ese hotel vivíamos aproximadamente unos 200 periodistas europeos y estadounidenses. Y ese día antes del ataque, hasta saludamos a las tropas que estaban al otro lado del río Tigris mirando alrededor, como hace los militares. Estaban intentando saber qué edificios les rodeaban, y eso fue el día anterior.
El 8 de abril nos levantamos temprano por la mañana y vimos que ya había algunos tanques en el puente. No se estaban escondiendo. Estaban allí. Cuando atacaron, yo los había visto por primera vez unas cuatro horas antes del ataque en el puente. Yo estaba en el piso dieciséis del Hotel Palestina esperando una llamada telefónica de mi emisora de radio en España, porque tenía que salir al aire y estaba en el balcón. De repente, mi teléfono sonó, fui adentro de la habitación y en ese momento se produjo el ataque.
Al principio pensé que estaba muerta. Me sentía completamente vacía. No oía nada. Entonces, cinco segundos después, reaccioné. Empecé a tocarme. Descubrí algo de sangre en mi pierna y decidí correr. Fui a otra habitación en la que estaban algunos periodistas españoles y dije, “No puedo oír nada. Hemos sido atacados”. Y después de eso, bajamos las escaleras. Cuando llegamos al piso catorce, donde José…
AMY GOODMAN: ¿el piso quince?
OLGA RODRÍGUEZ: En el piso quince había gente de la agencia de noticias Reuters. Uno de ellos, Taras, murió inmediatamente en este ataque. Pero no lo sabíamos. Cuando llegué al piso catorce, un periodista italiano que era amigo mío, estaba gritando, “José está herido, José está herido”.
Como una hora después, hablé a España por teléfono y mi jefe me dijo, “El Pentágono ha reconocido que fue un ataque estadounidense”. Y no podía creerlo, porque sabía que ellos sabían que este hotel, como todo el mundo sabía, era el sitio en el que estábamos viviendo 200 periodistas de Europa y de EE.UU. y ellos no estaban tan lejos. No llegaron diez minutos antes del ataque. Habían llegado aquí antes, 36 horas antes. Sabían exactamente dónde estaba el Hotel Palestina, incluso desde el puente. Desde el puente de Bagdad se puede ver el edificio del hotel y el nombre Hotel Palestina escrito en inglés.
AMY GOODMAN: Olga Rodríguez es una periodista española de televisión Cuatro. Ella estaba ahí, en el Hotel Palestina. Ella misma fue herida mientras observaba el ataque que acabó con la vida de José Couso. Nos acompaña desde Madrid Javier Couso, su hermano.
Javier Couso, ni tú ni tu madre han abandonado este caso. ¿Puedes explicar cuál es tu reacción, ahora que se publicaron los cables que muestran la presión de Estados Unidos para que se cerrara el caso?
JAVIER COUSO: Primero, estamos absolutamente horrorizados e indignados por esto –horrorizados porque no podemos creer que nuestro gobierno y nuestros fiscales conspiren con otro gobierno para evitar la investigación de lo que le pasó a mi hermano, un ciudadano español, e indignados porque nos gustaría –nos reunimos con esta gente del Gobierno y la oficina del fiscal y nos dijeron repetidamente que no se meterían en el camino de esta investigación y en el proceso.
AMY GOODMAN: ¿A quién has demandado? Di los nombres de los soldados. María Carrión está traduciendo al hermano de José, Javier Couso.
JAVIER COUSO: Pues nosotros hemos querellado un proceso que gracias al Tribunal Supremo vuelve a estar abierto desde julio de este año. Contra el sargento Gibson, el capitan Philip Wordford y el teniente coronel Philip de Camp, que son a nuestro jucicio la cadena de mando, desde el sargento que mandó a realizar el disparo a toda la cadena de mando que intervino en la operación contra el Hotel Palestina. Y lo único que estamos pidiendo, es que haya un juicio justo donde estos militares puedan defenderse, pero que podamos saber que pasó aquella mañana de hace siete años, ya. Lo que entedemos que es un Estado de Derecho y que no habría problema entre dos naciones que son amigas. Aunque sospechamos que nosotros somos más bien vasallos, o una provincia exterior del gobierno imperial de Estados Unidos.
AMY GOODMAN: Finalmente, ¿se emitió una orden de arresto de estos tres soldados estadounidenses? ¿Es así? ¿Y qué ha pasado con esto, Javier?
JAVIER COUSO: Pues nos sorprendió mucho, que es la primera vez en la historia de Interpol, desde que se fundó a principios del siglo XX, en que una orden es desobedecida, una orden que da un juez es desobedecida, y fue la orden del juez del caso de mi hermano. Solo está en vigencia en la euro zona.
AMY GOODMAN: Bueno, Javier Couso, quiero agradecerte que hayas estado con nosotros. Y gracias, María Carrión, ex productora de Democracy Now! Vamos a seguir este caso y, por supuesto, las publicaciones de estos cables diplomáticos, más de un cuarto de millón. Esto no tiene precedentes, si consideramos no el conjunto, sino cada cable individualmente y lo que significa para las personas y los países de todo el mundo. Muchas gracias por haber estado con nosotros. Y gracias a Scout Horton, abogado aquí en Nueva York, que escribe para la revista Harper’s Magazine.
Esto es Democracy Now! Cuando volvamos, el reverendo Jesse Jackson estará con nosotros. Esa enorme cantidad de cables de WikiLeaks también se refieren a cuando él estuvo en Sudáfrica para la liberación de Nelson Mandela. Quédense con nosotros.
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Traducido por Ter García y Gabriela Díaz Cortez