En Francia, las autoridades obligaron a retirarse a los 1.600 refugiados que permanecen en el campamento de refugiados de Calais, conocido como “La Jungla”. Durante más de una semana, las autoridades se han encargado del proceso de demoler el campamento y transportar a los aproximadamente 7.000 residentes a centros de acogida de refugiados en toda Francia. Los últimos refugiados, que fueron retirados el miércoles, eran predominantemente niños y adolescentes, la mayoría de ellos de Afganistán y Sudán del Sur. Se habían negado a abandonar el campamento con la esperanza de obtener asilo en Reino Unido, donde muchos afirman tener familiares.
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