En La Haya, la líder de facto de Birmania, Aung San Suu Kyi, intenta defender a los militares birmanos de los cargos de genocidio contra los musulmanes rohinyás ante la Corte Internacional de Justicia de la ONU. Los militares birmanos mataron y violaron a miles de rohinyás y obligaron a más de 700.000 personas a huir al país vecino Bangladés en una brutal represión del ejército en 2017. Durante su discurso, Aung San Suu Kyi nunca pronunció la palabra “rohinyá”, y afirmó que no se había producido ningún genocidio.
Aung San Suu Kyi manifestó: “Lamentablemente, Gambia ha presentado ante la Corte una imagen incompleta y engañosa de la situación en el estado de Rakhine, en Myanmar. Sin embargo, es de suma importancia que la Corte evalúe la situación sobre el terreno en Rakhine de manera imparcial y precisa”.
Aung San Suu Kyi fue galardonada con el premio Nobel de la Paz y estuvo bajo arresto domiciliario durante 15 años mientras hacía campaña contra el gobierno militar birmano. Ahora está defendiendo a ese mismo ejército y tiene un amplio poder en Birmania. Esto fue lo que dijo el refugiado rohinyá Shamsul Alam hablando desde Bangladés después de ver el discurso de Aung San Suu Kyi en La Haya.
Shamsul Alam dijo: “Suu Kyi estuvo en prisión. Le tiene miedo a esa prisión, y ahora miente solo para mantenerse en el poder, y está mintiendo al tribunal de la Corte Internacional. Estamos pasando mucho dolor, y hacemos un llamado a la ONU y a todas las naciones para que, por favor, nos ayuden a lograr justicia por este genocidio”.
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