En Estados Unidos, el inspector general del Departamento de Justicia, Michael Horowitz, testificó el miércoles ante la Comisión Judicial del Senado, donde reiteró la conclusión clave de su informe, respecto de que la apertura por parte del FBI de una investigación sobre los ayudantes de campaña del presidente Donald Trump en 2016 no tenía ninguna motivación política. Durante la audiencia, los legisladores republicanos criticaron al FBI por los innumerables errores que el informe reveló sobre el proceso del FBI de buscar la autorización para vigilar a Carter Page, ex asesor de campaña de Trump. Estas solicitudes se presentaron ante el tribunal secreto de Vigilancia de la Inteligencia Extranjera (FISA, por sus siglas en inglés) creado por la ley que lleva el mismo nombre. Los expertos en derechos civiles han advertido desde hace mucho tiempo sobre la naturaleza reservada e inimputable de este tribunal para aprobar casos de vigilancia a nivel doméstico, especialmente contra los musulmanes.
Michael Horowitz afirmó: “Encontramos y, como hemos señalado aquí, estamos profundamente preocupados por la cantidad de errores básicos y fundamentales que cometieron tres equipos de investigación distintos, cuidadosamente seleccionados, en una de las investigaciones más delicadas del FBI después de que el asunto fuera informado a los niveles jerárquicos más elevados del FBI, a pesar de que la información buscada a través del uso de la autoridad de la FISA se relacionaba tan estrechamente con una campaña presidencial en curso, y a pesar de que los involucrados en la investigación sabían que sus acciones probablemente se someterían a un escrutinio minucioso”.
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