En el estado de California, los bomberos lucharon durante toda la noche contra el gigantesco incendio Glass en los condados de Napa y Sonoma mientras los meteorólogos emitieron una alerta roja por el regreso de los vientos cálidos y racheados al norte de California. La calidad del aire en toda la región ha vuelto a deteriorarse; el humo ha provocado que la calidad del aire alcance niveles “insalubres” en las ciudades de San José, Napa y Santa Rosa, entre otras.
Ya se han quemado más de un millón y medio de hectáreas, duplicando el récord anterior de California incluso antes de la llegada de la temporada alta de incendios en octubre. Los incendios de este año han sido relacionados con 30 muertes en todo el estado de California, si bien un estudio de la Universidad de Stanford halló que hasta 3.000 residentes habrían muerto como resultado de la inhalación del humo tóxico que cubrió el estado. Científicos del clima advierten que los incendios de este año podrían indicar una “nueva normalidad” para California, ya que debido al aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, el clima del estado se irá volviendo más cálido y más seco.