En Estados Unidos, el fiscal general, William Barr, ha sido convocado para testificar ante el Comité Judicial de la Cámara de Representantes el 31 de marzo, al tiempo que aumentan los llamamientos en favor de su renuncia después de que Barr interviniera para reducir la recomendación de sentencia efectuada por el Departamento de Justicia para Roger Stone, ex asesor de campaña y viejo amigo del presidente Donald Trump. A principios de esta semana, cuatro fiscales federales se retiraron del caso Stone —y uno renunció a su cargo por completo— después de que altos funcionarios del Departamento de Justicia exigieran que Stone recibiera una sentencia de prisión de menor duración que la de entre siete y nueve años recomendada inicialmente, pese a que este rango de sentencia se formuló con base a las pautas federales de sentencia.
La intervención del fiscal general Barr se produjo después de que Trump arremetiera vía Twitter a altas horas de la noche, atacando a los fiscales federales y calificando la sentencia inicial de “error judicial”.
Tras dicha intervención, Trump tuiteó en elogio a Barr: “Felicitaciones al fiscal general Bill Barr por hacerse cargo de un caso que estaba totalmente fuera de control y que tal vez ni siquiera debería haber sido presentado”.
Esto se produce al tiempo que un juez pospuso indefinidamente la sentencia del ex asesor de seguridad nacional Michael Flynn, a pesar de que Flynn ya se ha declarado culpable de mentir a agentes del FBI. El general John Kelly, ex jefe de gabinete de Trump, criticó duramente al mandatario por sus políticas en una amplia gama de temas entre los que se incluyen Corea del Norte, inmigración, disciplina militar y Ucrania, durante un discurso pronunciado en la Universidad de Drew.
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