En Nicaragua, aumentan los temores de que un brote devastador de coronavirus pueda desbordar el sistema de salud, ya que el Gobierno del presidente Daniel Ortega ha sido negligente en la aplicación de medidas de mitigación adecuadas, fomentando la realización de mítines político y de otro tipo de reuniones. Hasta ahora solo se ha informado sobre cuatro casos en este país.
En El Salvador, miles de personas se congregaron el lunes frente a un edificio del Gobierno en la capital, San Salvador, para exigir la entrega de los cheques de 300 dólares que el presidente Nayib Bukele prometió entregar a aproximadamente un millón y medio de hogares cuyos integrantes trabajan como vendedores ambulantes y en otros empleos de la economía informal. El Salvador ha estado bajo medidas de confinamiento a nivel nacional durante casi dos semanas.
En México, el Gobierno declaró una emergencia sanitaria el lunes y emitió reglas más estrictas con el fin de contener la propagación de COVID-19, después de que los casos en todo el país superaran los 1.000 y el número de muertos se acercara a las 30 personas. El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha sido objeto de críticas por quitarle importancia las directrices de distanciamiento social y por asistir a mítines y otros eventos públicos multitudinarios.